PEKÍN.- "Mi esposo es una buena persona, pero es muy malo en la cama"; "Desde los 21 años adquirí VIH, nadie lo sabe"; "Mi mayor secreto es que no me gusta ser madre"; "Me cae tan mal mi cuñado que a veces saco los pelos de la tina con su cepillo de dientes". Estos son algunas de las miles de confesiones anónimas que ha recolectado la chilena
María Luisa Portuondo alrededor del mundo.
"El Secreto" es una instalación que comenzó a andar en 2016, y ya ha recorrido América, Europa y Asia, donde ha reunido más de mil historias anónimas, las que posteriormente serán recopiladas en un libro.
"Cuando mi papa murió yo me enteré de que él tenía un secreto, que nadie sabía, y empecé a preguntarme por qué, y entonces me dije tengo que trabajar con esto y liberar el peso familiar" relata Portuondo.
Actualmente se encuentra en Pekín, un destino que le dijeron, sería problemático, puesto que la cultura de los habitantes de la zona, dista mucho de contar sus intimidades y leer la vida privada de otros. En pocos días se inaugurará.
La obra estará expuesta en el Instituto Cervantes de Pekín, donde será presentada por la artista el 23 de junio, para después llevarla por toda Latinoamérica. Todos los visitantes del Cervantes pequinés podrán dejar su secreto y a cambio están autorizados a leer los de los demás
"El arte hoy en día es participativo, la gente está participando porque las mismas redes sociales están invitando a que lo hagan, el autor de la obra es el público, aquí hay una cantidad de sobres y una idea", señala.
Durante estos años, Portuondo ha recibido confesiones en 11 idiomas distintos y como muchos artistas, tiene una meta: "Mi sueño sería que la obra exista hasta después de que muera, que dure eternamente y se siga llevando a cabo por miles de países".
