Lori Barra, El Mercurio (archivo)
SANTIAGO.- "Ha habido plagas y pandemias en la humanidad. A veces han durado mucho tiempo y las consecuencias han sido dramáticas por años, no solo consecuencias de salud, también económicas, y a veces han producido hasta guerras, porque siempre hay alguien a quien culpar, siempre se le echa la culpa a otro. Ese es el enemigo, el que paga por lo que está pasando".
Así comenzó a hablar sobre el avance del coronavirus la escritora Isabel Allende este jueves, a través de una transmisión en vivo que realizó con motivo del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor. Con una audiencia fija de 1,5 mil espectadores, Allende repasó sus libros y habló de temas contingentes, como el feminismo y la pandemia.
A su juicio, la diferencia de esta pandemia con las que vinieron en el pasado es que, gracias a la conexión, "estamos todos metidos en lo mismo simultáneamente". "Antes venía por olas, pasaba de un país a otro, de una región a otra, y uno no sabía muy bien lo que estaba pasando en otra parte. Hoy sabemos exactamente lo que pasa en Finlandia o en Milán y estamos conectados", dijo.
"Yo creo que esto puede ser un cambio muy importante para la humanidad", aseguró Allende. "Esto ha sido como un momento de reflexión y en el futuro vamos a decir: el tiempo de antes, el tiempo de después y el tiempo del medio. Estamos en el tiempo del medio, este umbral en que no sabemos hacia dónde nos vamos a dirigir", expresó.
Para la escritora, durante este tiempo se definirá cuál será el futuro del planeta. "La peor pesadilla o un sueño es posible. Todo se puede dar. Estamos en el tiempo entre medio", señaló, aunque afirmó que personalmente se inclina por un desenlace favorable.
"Yo soy optimista y creo que es muy posible que este periodo de reflexión cambie muchas cosas de la humanidad, de partida que nos haga muy conscientes del cambio climático y de cómo tenemos que defender el planeta; que nos haga muy conscientes de que somos una sola familia, una sola humanidad, y lo que le pasa a un ciudadano en Wuhan nos va a pasar a nosotros en Nueva York, o en Chile, o en cualquier parte", aseguró.
La interconexión global, dijo, "es tan obvia que habría que ser tonto para negarla". "Esa conexión nos obliga a pensar en grupo y nos obliga a ser inclusivos: no podemos vivir con una mentalidad tribal, nacionalista, populista, en que estamos separados unos de otros, donde se cultiva el odio, la división, el racismo y la misoginia también", añadió.
Por otra parte, admitió que se puede dar un escenario más pesimista. "También puede ser que el futuro sea una distopia y que esto nos separe más, que la crisis económica sea tan terrible que haya hordas de gente hambrienta, violenta, tratando de sobrevivir", explicó. "Este es un momento de planear qué mundo queremos y luchar para tenerlo", concluyó.