KARACHI.- La temperatura en el sur de Pakistán empezó a bajar este miércoles, después de la
ola de calor que dejó más de 800 muertos en los últimos días.
En Karachi, la ciudad más grande de Pakistán, se registraron la mayoría de fallecimientos. Aquí la temperatura bajó en las últimos horas de 45 a 38 grados gracias al viento. Además, los servicios meteorológicos paquistaníes prevén lluvia durante la jornada.
El Gobierno sigue en estado de alerta y el ejército movilizó a sus unidades paramilitares (Rangers) para auxiliar a las víctimas.
Algunos habitantes de Karachi decidieron interrumpir el ayuno que marca el Ramadán para poder resistir el calor. "Desde ayer empecé a sentir náuseas y casi me desmayo. Por eso aplacé el ayuno, esperando que Alá me perdone", señaló Danish Ali, un trabajador de 26 años.
La ola de calor empezó pocos después del inicio del mes sagrado musulmán, durante el cual se abstienen de comer y beber entre la puesta y la salida del sol.
Tahir Ashrafi, uno de los líderes religiosos del país, pidió el martes a los más longevos y débiles que aplacen el ayuno, tal y como lo permite el Corán.
Los efectos de la ola de calor se vieron incrementados por los cortes de electricidad que afectaron al sistema de distribución y dejaron sin agua a millones de habitantes de Karachi.