EL CAIRO.- Tras un desmentido inicial, Estados Unidos admitió que un grupo de rebeldes a los que entrenó y envió a combatir en Siria entregaron armas y vehículos suministrados por el país norteamericano al Frente Al Nusra, la rama local de Al Qaeda.
Se trata del último golpe contra el programa de 500 millones de dólares que Estados Unidos puso en marcha para crear la bautizada como Nueva Fuerza Siria, una fuerza rebelde capaz de combatir a la milicia extremista Estado Islámico (EI) sobre el terreno.
El portavoz del comando central estadounidense, el coronel Patryck Ryder, señaló que la unidad rebelde contactó a las fuerzas estadounidenses el viernes y les informó de que habían dado equipo a "un intermediario sospechosos" del Frente al Nusra. El equipo, en torno a una cuarta parte del entregado a los rebeldes, fue entregado "supuestamente a cambio del paso seguro a su área de operaciones", señaló el comando estadounidense.
De resultar cierta, la información "es muy preocupante y una violación de las normas del programa de entrenamiento y equipo", dijo Ryder.
Unos 75 combatientes entrenados por Estados Unidos entraron en Siria la semana pasada y tomaron posiciones en el frente contra el EI en la provincia de Alepo, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos.
Se trataba del segundo grupo de combatientes en cruzar la frontera desde Turquía, después de que otro grupo de 54 efectivos cruzara en julio, pero fuera atacado por Al Nusra. El jefe del comando central, el general Lloyd Austin, indicó la semana pasada que sólo cuatro o cinco de ese grupo seguían operativos dentro del país.
Funcionarios estadounidenses rebajaron recientemente la importancia del programa de entrenamiento de rebeldes, destacando sin embargo los éxitos de las fuerzas urdas en Siria que hicieron considerables avances este año contra los yihadistas y con apoyo aéreo de Estados Unidos.
Los reveses sufridos por el programa de entrenamiento estadounidense coinciden con el aumento de la asistencia militar de Rusia al Presidente sirio, Bashar al Assad, alegando que sus fuerzas son las únicas capaces de combatir al EI sobre el terreno.
