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A diez años de la demanda marítima peruana contra Chile: El único asunto que quedó sin resolver

Tras el fallo de La Haya, el triángulo terrestre sigue generando polémicas ya que ambos países aseguran ser dueños de las 3,7 hectáreas de arena que lo conforman. Analistas explicaron a Emol el posible futuro de la tierra que aún no es de nadie.

15 de Enero de 2018 | 15:11 | Por Rosana Goitía, Emol
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Fotografía de un puesto de observación chileno en inmediaciones del Hito 1.

EFE
SANTIAGO.- Este martes se cumplen justamente diez años desde que las relaciones diplomáticas entre Chile y Perú iniciaron una nueva etapa en su historia. Todo comenzó el 16 de enero de 2008, cuando Perú, bajo el gobierno del ex Presidente Alan García, puso una demanda marítima ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, en la cual exigió el reconocimiento de derechos soberanos sobre una superficie que estaba siendo explotada económicamente por Chile.

Tuvieron que pasar poco más de cuatro años de la presentación del recurso para que el tribunal fallara. Esto ocurrió el 27 de enero de 2014, donde el organismo finalmente reconoció el Hito 1 como punto de referencia para trazar la frontera marítima, pero no se manifestó sobre el terreno conocido como "triángulo terrestre", tema que aún sigue generando controversias.

El origen de esta historia se formó tras la resolución de la demanda por parte del principal organismo judicial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el cual otorgó a Perú un "triángulo exterior" que anteriormente era chileno, con su punto de inicio a partir de las 80 millas náuticas. Esto contempló cerca de un 70% de lo que deseaba el país vecino según la demanda que presentó en 2008.

Sin embargo, la Corte respondió a la demanda aprobando el argumento de Chile. Éste planteaba que los tratados pesqueros de los años 1952 y 1954 entre ambas naciones suponían un pacto fronterizo "tácito". Y junto con lo anterior, el tribunal escrutó la idea de trazar una línea paralela al Ecuador como delimitador a partir del conocido como Hito 1.

El fallo de la CIJ dejó casi igual la frontera marítima tal como esperaba Chile, trazando una línea fronteriza paralela desde el Hito 1, la cual, no obstante sólo se extiende hasta las 80 millas náuticas y no las 200 que se aspiraba. Desde ese punto, la línea divisoria debe ser equidistante, como lo planteaba Lima.

La polémica

A pesar de la resolución de 2014 y de que ambos países quedaran "conformes" con lo dictaminado, aún hay un tema que sigue estando pendiente.

Se trata del triángulo terrestre que está formado por 3,7 hectáreas de arena que están bajo el paralelo que pasa por el Hito 1 y el punto de la Concordia. La polémica surgió debido a que, una vez dado a conocer el fallo, tanto Chile como Perú afirmaron ser dueños del límite terrestre.

En 2014, el entonces Presidente de Chile, Sebastián Piñera, aseguró "que la frontera terrestre comienza en el mismo punto en que inicia la frontera marítima y el fallo de La Haya fue clarísimo al establecer que la frontera marítima comienza en el Hito 1 y por tanto también la frontera terrestre".

No obstante, el Gobierno peruano mantuvo la postura de que el tribunal también les entregó la frontera terrestre. Según sus declaraciones "la Corte dejó abierta la posibilidad de que Perú se quede ese pedazo de terreno, aunque el mar de su orilla pertenezca a Chile". Este tema, de todos modos, se ha ido diluyendo con el paso de los años, sin haber mayores declaraciones desde ambos países, aunque claramente es un asunto pendiente.

En conversación con Emol, el abogado y ex diplomático chileno, José Rodríguez Elizondo, quien es experto en el tema, aseguró que ambas naciones tienen argumentos que autentican la soberanía del triángulo terrestre, sin embargo, no hay ningún pacto oficial que certifique la posesión por parte de alguno de los dos países.

"Chile sigue reivindicando como propio ese triángulo, con base en el principio de la adyacencia (la continuidad tierra-mar). El Perú, por su parte, lo reclama sobre la base de que el tratado de 1929 fijó como límite terrestre la intersección de la línea de la Concordia con la orilla del mar. Para los peruanos se trata de una "costa seca" y es parte de un distrito anexo a Tacna. Para Chile, ese triángulo es parte de la región Arica-Parinacota", afirmó el analista.

Además, Rodríguez Elizondo agregó que "las pocas hectáreas que componen el triángulo terrestre debieran ser objeto de una negociación realista y creativa entre chilenos y peruanos. Digo 'creativa' porque bien podría configurar una señal disuasiva para (el Presidente boliviano) Evo Morales, quien siempre ha apostado a la mantención de los conflictos chileno-peruanos. En paralelo, esa negociación debiera ser la señal de partida para iniciar el retiro del Pacto de Bogotá".

Por su parte, el historiador peruano y profesor del Instituto de Historia de la Universidad de los Andes, Ricardo Cubas, aseguró que ninguno de los dos Estados ha querido insistir en este tema por ser un asunto conflictivo.

"En el fondo, esto sólo afecta el orgullo de ambos países, pero no tiene ninguna incidencia desde el punto de vista estratégico, económico, ni social, porque nadie vive en ese lugar. No tiene ningún significado económico ni ningún otro que vaya a transformar la vida de los pueblos", afirmó.

Futuro del límite terrestre

Sin embargo, frente a la posibilidad de que alguna de las naciones se manifieste ante La Haya por el poder del triángulo terrestre, Rodríguez Elizondo indicó que "tal vez sin querer queriendo, los jueces nos dieron una lección a chilenos y peruanos: más vale una negociación directa entre las partes, por ardua que sea, que delegar soberanía en abogados y jueces extranjeros que hacen la tarea a medias".

Cubas coincidió con lo anterior, agregando que siempre existirá el riesgo de que alguna nación quiera ocupar el poder del triángulo para "fomentar la discordia". No obstante, "lo sensato sería poder crear alguna instancia binacional en ese lugar, algún monumento por la paz o algo de ese estilo, porque es un lugar bastante pequeño", concluyó.
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