NUEVA YORK.- Desde su celda de 18 metros cuadrados en una de las cárceles de mayor seguridad de Estados Unidos, Joaquín "El Chapo" Guzmán deja pasar las horas leyendo páginas de la Biblia que le han permitido tener hace poco tiempo y revisando documentos que le ha entregado su abogado para preparar su juicio, previsto para septiembre de este año. El ex jefe del cartel de Sinaloa, uno de los más violentos y sanguinarios en la historia de México, lleva un año en prisión preventiva en el Metropolitan Correctional Center de Nueva York.
La noche del 19 de enero de 2017, mientras Donald Trump se preparaba para ser investido Presidente al día siguiente, Guzmán aterrizó esposado y escoltado en Estados Unidos. Con su extradición, de la que ahora se cumple un año, México daba por cerrada la era de quien llegó a ser el hombre más buscado del mundo durante los seis meses que permaneció huido después de una fuga de película -la segunda de su vida- de una cárcel mexicana.
Salió por un túnel de 1.500 metros excavado desde la ducha hasta una casa cercana y dejó en evidencia al Gobierno de Enrique Peña Nieto. "En esta ciudad no hay túnel que valga", proclamó el agente especial Ãngel Meléndez, del Departamento de Seguridad Nacional, cuando la mañana del 20 de enero enviaron a Guzmán a la cárcel que la prensa estadounidense ha llamado "el Guantánamo de Nueva York" por su seguridad y por albergar a miembros de Al Qaeda.
Toda precaución parece poca con "El Chapo", de 60 años y apodado así por su baja estatura, porque está lejos de ser uno más de los narcos que pasan por cárceles estadounidenses. Al frente de lo que el Departamento del Tesoro llamó un "imperio criminal" de tráfico de cocaína, marihuana, heroína y metanfetaminas, está acusado de introducir toneladas de droga en Estados Unidos. La revista "Forbes" llegó a considerarlo uno de los hombres más ricos del planeta. Pero de los activos por valor de 14.000 millones de dólares que las autoridades calculan que amasó con sus negocios ilícitos no se encontró de momento ni un centavo.
Contra él hay cargos en cortes federales de varios estados. Hace un año, cuando lo metieron en un avión, él pensó de hecho que lo llevaban a California y según pasaba el tiempo en el aire se dio cuenta de que no. Aterrizó en Nueva York, en cuya Corte del Distrito Este se enfrenta a 17 cargos, la mayor cifra de todas las cortes que lo reclaman. Podría pasar el resto de su vida en prisión solo con ser declarado culpable en uno. Los 12 miembros de un jurado serán los que decidan, al cabo de un juicio que se estima durará unos tres meses.
Guzmán abandona una hora al día su celda de aislamiento, que está en una unidad de segregación administrativa de la prisión, lo que se traduce en más vigilancia e incomunicación. No solo se trata de impedir una fuga carcelaria como las dos de México, dice el Departamento de Justicia, sino también de evitar que intente volver a dirigir el cartel o tome represalias contra alguien.
Su defensa argumenta que las condiciones de cautiverio le están causando problemas mentales y debilitando su salud. Se queja de "alucinaciones auditivas", se siente "perseguido" y sufre "depresión", señala uno de los escritos enviados al juez Brian Cogan, de la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York.
En su juicio, además de declarar como testigos de la fiscalía narcotraficantes encarcelados que han decidido cooperar con el Gobierno, es posible que se vea a los actores Kate del Castillo y Sean Penn. El Gobierno de Peña Nieto aseguró en su día que las reuniones que éstos tuvieron con "El Chapo" tras su fuga ayudaron a ubicarlo. De ellas salió el famoso reportaje de Penn para la revista "Rolling Stone". Del Castillo, ahora enfrentada al astro de Hollywood con el que tuvo un romance en aquella época, estrenó hace unos meses un documental en el que cuenta su versión.
El juicio iba a arrancar el 16 de abril, pero el juez Cogan lo pospuso hasta septiembre. El retraso había sido pedido por el abogado Eduardo Balarezo, un conocido letrado criminalista de origen ecuatoriano con despacho en Washington que tomó el caso en septiembre, relevando a los dos abogados de oficio que tuvo Guzmán hasta entonces. De la fiscalía recibió en ese momento 300.000 folios sobre el proceso.
Las vistas orales preparatorias ante el juez Cogan son los únicos momentos en los que Guzmán puede ver a su actual esposa, la ex reina de belleza Emma Coronel. Tres décadas menor que él, se sienta en uno de los bancos del público.
Cada aproximadamente tres meses, y en medio de un férreo dispositivo de seguridad, los guardias sacan al narco de su celda de la planta 10 del Metropolitan Correctional Center y lo conducen ante el juez por el famoso puente de Brooklyn. A escasos cien metros de su extremo en Manhattan está la cárcel y a una distancia similar de la otra punta, en el lado contrario del East River, la corte federal. "El Chapo" aparece entonces en la sala con el uniforme azul de reo y sus pequeños ojos oscuros buscan los de su mujer. Últimamente también los de las gemelas de seis años que tiene con ella, que acompañaron a su madre a las dos últimas vistas y a las que el Gobierno ha permitido dos veces visitar a su padre en la cárcel.
La próxima vez que se verán él y su esposa será el 15 de febrero, cuando Guzmán está citado de nuevo ante el juez.