SANTIAGO.- El popular ex Presidente de Brasil y precandidato presidencial del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula da Silva, se encuentra pasando uno de sus peores momentos, tras quedar con un pie dentro y otro fuera de la cárcel.
Este miércoles, el
Supremo Tribunal Federal (STF) decidió rechazar el hábeas corpus con el que solicitaba ser encarcelado sólo cuando no le queden más recursos ni en tercera ni en última instancia judicial. Lula fue
sentenciado a 12 años de presidio el año pasado por recibir un departamento triplex en el balneario de Guarujá como soborno para beneficiar a la empresa constructora OAS.
La decisión del tribunal deja al ex Mandatario en la cuerda floja y pone en jaque su posibilidad de ser candidato pese a su favoritismo en la encuestas. ¿Qué desafíos deberá enfrentar ahora Lula y cuáles son sus chances de llegar al Palacio Planalto?
Recurso de aclaración e ingreso a la cárcel
No todo está perdido para Lula, aunque la situación es más que difícil. La jurisprudencia brasileña determina que una persona cuya condena haya sido confirmada por un tribunal colegiado, como es el caso del ex Presidente, tiene que comenzar a cumplir la pena cuando ya no le quede ningún recurso ante la segunda instancia.
El Tribunal Federal Regional de la Cuarta Región (TRF-4) con sede en Porto Alegre ya confirmó la condena de Lula, la amplió de 9 a 12 años y rechazó los primeros recursos contra tal decisión. La publicación de la sentencia fue realizada el 28 de marzo.
Desde entonces corren 12 días hasta que el líder petista y su defensa presenten un último recurso ante la Justicia para intentar evitar su encarcelamiento y purgar la pena a la que fue condenado. Esta es la última esperanza que le queda al ex jefe de Estado. El código de proceso penal prevé la posibilidad de que el condenado acuda a este recurso para que algunas de las decisiones tomadas por el TRF-4 sean mejor explicadas por los magistrados. Esta salida es conocida como el "embargo del embargo aclaratorio".
10 de abril se cumple el plazo de la última apelación de la defensa
Aunque esta instancia no puede modificar la condena y sólo busca aclaraciones de una decisión judicial, permitiría aplazar el ingreso de Lula a la cárcel. De acuerdo a voceros del tribunal, los jueces tendrán que decidir primero si aceptan analizar el recurso y, en caso de que así sea, tendrán que marcar una sesión para pronunciarse sobre él.
Se prevé que el proceso sea eventualmente en finales de abril.
Tan sólo cuando los miembros del tribunal de segunda instancia se pronuncien, la decisión podrá ser comunicada al juez en primera instancia que condenó a Lula, en este caso, Sergio Moro, encargado del caso Lava Jato. Es a él a quien le corresponde expedir la orden de encarcelamiento.
Sin embargo, la gran mayoría de los magistrados brasileños acostumbra a rechazar este tipo de recurso por considerar que constituye una brecha que la defensa suele usar para intentar aplazar el cumplimiento de la pena.
Apelar ante el Tribunal Superior
Según abogados penalistas, una vez concluido todo el trámite en segunda instancia, aún quedan medidas a las que recurrir. La defensa aún tiene un plazo de 15 días para presentar un primer recurso contra la condena del TRF-4 ante el Tribunal Superior de Justicia (STJ), buscando que Lula sea absuelto y liberado. Pero no hay plazo para que esta corte de tercera instancia se pronuncie, por lo que el ex Presidente podría de todas formas comenzar a cumplir su pena en la cárcel.
En esta nueva apelación, en la que las pruebas no son nuevamente examinadas sino que tan sólo se analiza la legalidad del juicio, los abogados pueden pedir que el cumplimiento efectivo de la condena sea dejada en suspenso, lo que puede permitir la liberación de Lula en caso de que ya esté preso en esa fecha.
¿Puede ser candidato?
Una vez confirmada la condena y cerrados los recursos de segunda instancia judicial, Lula queda inelegible en base a la Ley de Ficha Limpia. La legislación inhabilita electoralmente a cualquier condenado en segunda instancia, como ya lo fue Lula, por lo que el ex jefe de Estado no podría disputar las elecciones de octubre.
Sin embargo, en la esfera electoral, la situación del ex Presidente será decidida por el
Tribunal Superior Electoral (TSE), que deberá analizar el eventual registro de candidatura del ex Mandatario. Este proceso está fijado para el segundo semestre: según consigna el portal G1, el PT tiene hasta el 15 de agosto para inscribir la postulación de Lula; mientras que el TSE tiene hasta el
17 de septiembre para aceptar o rechazar la candidatura.
Pese al inminente encarcelamiento del antiguo líder sindical, el PT advirtió anoche que defenderá la candidatura presidencial de su líder y que no tiene previsto postular a ningún otro aspirante. Agregaron que en caso de que la decisión del TSE sea desfavorable, llevarán el caso hasta un tribunal superior.
La misma Ley de Ficha Limpia prevé la posibilidad de que alguien que haya sido condenado pueda disputar un cargo público, mientras aún existan recursos de apelación a la sentencia a la espera de una decisión definitoria.
