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Gobierno afgano asegura que líder del Estado Islámico murió en un bombardeo

El ataque fue perpetrado por las fuerzas de seguridad en la provincia de Jawzjan, donde Qair Hekmat, falleció junto a dos de sus guardaespaldas. La formación insurgente nombró a su sucesor.

07 de Abril de 2018 | 05:27 | EFE
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EFE (archivo)
KABUL.- El Gobierno afgano dio hoy por muerto al líder del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Afganistán, Qair Hekmat, y aseguró que falleció en un bombardeo de las fuerzas de seguridad afganas en la provincia de Jawzjan, en el norte del país.

"El líder del Estado Islámico, Qair Hekmat, murió junto a sus dos guardaespaldas en un bombardeo llevado a cabo por las Fuerzas Aéreas afganas en el área de Sar Dara, en el distrito de Darzab", indicó el portavoz del Ministerio de Defensa afgano, Mohammad Radminish.

Según la autoridad, el alto mando yihadista, el tercer emir del grupo fallecido en los últimos dos años en Afganistán, fue enterrado en la zona de Babi Marim de esa demarcación administrativa.

El Cuerpo Shaheen 209 del Ejército, a cargo del norte del país, también confirmó su muerte en un comunicado, en el que precisó que el bombardeo tuvo lugar el jueves sobre las 12:00, hora local (7.30 GMT) y que la formación insurgente ya ha nombrado al sucesor de Hekmat.

"Mawlavi Habibur Rahiman, que es originalmente un residente del distrito de Sholga en la provincia de Balkh (norte), ha sido nombrado como sucesor de Qair Hekmat", aseveraron en la nota.

El predecesor de Hekmat, Abdul Hasib, murió en abril de 2017 en una operación de las fuerzas afganas y de Estados Unidos en la provincia de Nangarhar (este), tres semanas después de que Washington lanzase en la zona una de las bombas más potentes de su arsenal convencional con el objetivo de destruir uno de los últimos bastiones del EI.

El Estado Islámico irrumpió en Afganistán en 2015 en diferentes puntos del país y creó su principal bastión en Nangarhar, provincia fronteriza con Pakistán y clave en las comunicaciones entre los dos países.

Desde entonces, y aunque las autoridades han afirmado en diversas ocasiones que han reducido su presencia a unas pocas zonas remotas, la formación yihadista ha reclamado algunos de los atentados más sangrientos en el país.

El último de ellos a finales del mes pasado, cuando un atentado suicida reivindicado por el EI causó más de una treintena de muertos y 65 heridos en Kabul en el día en que se celebra el año nuevo afgano.

Afganistán atraviesa una de sus etapas más sangrientas desde que en enero de 2015 la OTAN pusiera fin a su misión de combate en el país, donde continúa en tareas de entrenamiento y asesoramiento a las fuerzas afganas.
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