SANTIAGO.- "Quedó destruida la hipótesis de la defensa de que los disparos fueron involuntarios", dijo el juez argentino Mauricio Deruddi, encargado de leer el veredicto del tribunal que este mediodía condenó a Nahir Galarza , de 19 años, a la pena de prisión perpetua por el homicidio de su ex novio, Fernando Pastorizzo, de 20.
La sentencia es el final de un caso que comenzó a fines del año pasado, cuya cronología es reconstruida por el diario argentino La Nación.
El crimen
Alrededor de las 05:30 horas del 29 de diciembre de 2017, Fernando Pastorizzo fue encontrado por un conductor en una calle de tierra al lado de su moto, herido de dos tiros, en la ciudad de Gualeguaychú en la Provincia de Entre Ríos.
El joven falleció casi de inmediato. Como tenía consigo todas sus pertenencias, la primera impresión de los investigadores fue que se había tratado de un ajuste de cuentas o una venganza.
La confesión de Galarza
La noche siguiente, Galarza, que mantenía una relación sentimental con Pastorizzo e inicialmente había declarado como testigo, confesó ante las autoridades que había sido ella la autora de los disparos, salidos de una pistola 9mm, el arma de su padre, Marcelo Galarza, integrante de la Policía de Entre Ríos. La joven quedó detenida y el 9 de enero la justicia rechazó el arresto domiciliario que había pedido la defensa en su favor.
"Fue un accidente"
El 16 de enero, Galarza amplió su primera declaración indagatoria. Dijo que los dos disparos que terminaron con la vida de Pastorizzo se habían producido "por accidente" mientras ambos se desplazaban en la moto de él.
Explicó que lo había abandonado herido porque quería devolver el arma para que no fuera inculpado su padre. También sostuvo que había sido Pastorizzo quien había tomado la pistola de su casa y que la había amenazado con ella.
Desde un comienzo hubo versiones divergentes acerca del vínculo que mantenían Galarza y Pastorizzo. Según la defensa, Galarza sufría una relación violenta que llevaba más de cinco años, en la que ella era golpeada y torturada psicológicamente por Pastorizzo. El fiscal Sergio Rondoni Caffa, en tanto, sostenía que no había pruebas de esa eventual violencia de género.
El juicio oral
El caso quedó tipificado como homicidio doblemente agravado y fue elevado a juicio oral, que comenzó el 4 de junio en los tribunales de Gualeguaychú. Declararon alrededor de 80 testigos, incluyendo peritos psiquiátricos y balísticos; fue clave el testimonio de los forenses, quienes determinaron que Pastorizzo recibió el primer disparo a 15 cm de distancia y fue rematado con el segundo a entre 20 y 50 cm de distancia.
En la última audiencia antes de los alegatos,
Galarza insistió con su versión del hecho accidental. "Ninguno de los dos tuvo tiempo a nada", dijo, y no aceptó preguntas de las partes. Tanto los fiscales Sergio Rondoni Caffa y Lisandro Beherán como los abogados de la familia Pastorizzo rechazaron esa explicación y
solicitaron al tribunal que se le aplicara a la acusada la pena de prisión perpetua.
Las horas previas
"Nahir está bastante ansiosa y angustiada. No tiene un buen estado anímico producto de lo que declaró ante el tribunal en los días pasados", dijo la psicóloga Graciela Tobar sobre la situación de Galarza ante el inminente veredicto. La profesional, que desde marzo atiende voluntariamente a la joven, también aseguró que lo que ocurrió con Pastorizzo fue un accidente y que Galarza "no es una psicópata" y "no volvería a matar".
La sentencia
Galarza fue condenada este mediodía a prisión perpetua. El tribunal de Gualeguaychú, integrado por los jueces Mauricio Deruddi, Arturo Dumón y Alicia Vivian sentenció a la joven, de 19 años, por homicidio calificado por la relación de pareja que tenía con la víctima. Se trata de la primera mujer menor de 20 años condenada a esta pena en Argentina.
También desestimó los agravantes de alevosía y de uso de arma de fuego, pedidos por la fiscalía y la querella. Del mismo modo, desacreditó el postulado de la defensa, que sostenía que la joven era víctima de violencia de género por parte de Pastorizzo.