Bernie Sanders y la aspirante a la Cámara de Representantes Alexandria Ocasio-Cortez, una de las revelaciones de esta última elección.
Emol
SANTIAGO.- Cuando en 2016 el senador
Bernie Sanders reconocía el triunfo de Hillary Clinton en las primarias presidenciales del Partido Demócrata de Estados Unidos, sabía que no se trataba de una derrota en su totalidad. Cuando comenzó su aventura por llegar a la Casa Blanca, muy pocos creían que el parlamentario autodefinido como socialista llegaría hasta las últimas instancias y con un fuerte apoyo popular. Las predicciones, una vez más, fallaban.
Sucede que, pese a la derrota, Sanders se consolidó como una figura capaz de posicionar y levantar un ala más izquierdista al interior de la formación demócrata, tanto así que varias de sus propuestas fueron incorporadas por Clinton en su programa de gobierno. De este modo, su proyecto más ligado a la socialdemocracia europea fue concitando cada vez más apoyo y ha tomado más forma.
"En 2016 Sanders hizo una firme apuesta por la candidatura presidencial demócrata.
Lejos de perjudicarla, la etiqueta 'socialismo' benefició a su candidatura. El señor Sanders no era un liberal, un progresista o ni tan siquiera un demócrata. No estaba contaminado por todas las palabras y las formas de la política tradicional. Irónicamente, el haber estado tanto tiempo en el exilio protege al socialismo de las tóxicas familiaridades de la política estadounidense", explicó el politólogo Corey Robin en The New York Times.
Y esto es lo que se puede notar en las elecciones de medio mandato de este martes, donde son varios los candidatos demócratas apoyados por el carismático senador que están postulando a un cargo de la Cámara de Representantes, el Senado o las gobernaciones, con una filosofía de campaña similar a la utilizada por el parlamentario de Vermont.
Una de las figuras principales de esta nueva corriente progresista es la candidata la Cámara de Representantes por el distrito 14 del estado de Nueva York, Alexandria Ocasio-Cortez. Esta mujer de origen puertorriqueño y oriunda del barrio del Bronx dio un golpe a la cátedra en las primarias demócratas al derrotar al veterano Joe Crowley. Hoy, con 28 años, podría convertirse en la congresista más joven de la historia de Estados Unidos.
Al igual que Sanders -a quien apoyó en la campaña presidencial de 2016- Ocasio-Cortez aglutina el sentir popular de hastío con el statu quo, de la mano de un discurso pro trabajador y también defensor del cuidado del medio ambiente. Asimismo, al igual que el senador de Vermont, la aspirante al Congreso ha rechazado donaciones de empresas y se ha centrado en las contribuciones ciudadanas.
Según indicó a la agencia AFP la analista política Jeanne Zaino, la aspirante a la Cámara Baja
se ha beneficiado "de la frustración real que hay en el país, en la derecha y en la izquierda, con el establishment".
Pero también hay otros candidatos progresistas que están ligados a Sanders, quien les ha entregado su público apoyo. Ese es el caso de Stacey Abrams, miembro del Congreso local de Georgia que aspira a ser gobernadora del mismo estado y así convertirse en la primera mujer afroamericana en ostentar ese cargo en Estados Unidos. Entre sus propuestas figura el fortalecimiento de la educación preescolar de la zona.
Del mismo modo, el ex precandidato presidencial también ha sido protagonista en la infartante elección a gobernador de Florida, dando su estricto apoyo al demócrata Andrew Gillum desde la época de las primarias, destacando sus propuestas en materia de salud, fortalecimiento de las energías renovables y su postura abierta con los inmigrantes.
Otra candidata apoyada por Sanders es Jacky Rosen, quien aspira a convertirse en senadora por el estado de Nevada y dar un golpe a la cátedra venciendo al actual parlamentario republicano Dean Heller. En este sentido, Sanders ha recalcado que en esta lucha tan apretada, un triunfo de la demócrata es "absolutamente imprescindible" no sólo para Nevada, sino que para todo el país.
Además de los ya mencionados, son poco más de 20 los candidatos con los que Sanders ha mostrado cercanía, en un intento por dar un giro más a la izquierda en el Partido Demócrata. No obstante, Jeanne Zaino advierte que la pregunta clave es si esta línea más "radical" podrá consolidarse en la colectividad y provocar cambios reales, o sólo será un equivalente del "Tea Party" republicano.
"Aún no sabemos la respuesta.
Mucho depende no solo de lo que pase en 2018, porque no veremos ahora grandes cantidades de progresistas electos, sino en 2020 y 2022, porque esto lleva tiempo", recalcó.
Al menos, los comicios de hoy ya podrían dar una señal de si esta ola progresista avanza o se queda en el camino.