EMOLTV

El nuevo y polémico round entre Bukele y las pandillas de El Salvador tras alza de homicidios

En medio de la crisis sanitarias por el coronavirus, los asesinatos en las calles del país centroamericano subieron inusualmente. Tras ello, el Mandatario ordenó incrementar el aislamiento en los recintos penales, lo que ha sido criticado por ONG's.

28 de Abril de 2020 | 12:18 | EFE/Editado por Ramón Jara A., Emol
imagen
Reuters
Las pandillas de El Salvador pusieron este fin de semana en aprietos las medidas de combate al covid-19 y la estrategia de seguridad del Gobierno al perpetrar 58 asesinatos en una muestra de fuerza y control del territorio característico de estas bandas, que son las responsables de cometer la mayoría de homicidios en este país que es considerado uno de los más violentos del mundo.

La escala, que no tiene precedentes durante el Gobierno de Nayib Bukele, llevó a las autoridades a aislar a los pandilleros presos, señalados de orquestar los ataques, y de autorizar a policías y soldados el uso de la "fuerza letal".

La Fiscalía General de la República (FGR) confirmó a Efe que el viernes se registraron 24 muertes violentas, 12 el sábado y 22 el domingo.

Un golpe doble

El repunte de la violencia homicida supone un golpe doble para el Ejecutivo de Bukele al mermar las fuerzas destinadas a la vigilancia de las medidas de confinamiento generalizadas por la pandemia del covid-19 y al desnudar posibles huecos en su plan de "control territorial".

"Las maras están aprovechando que casi la totalidad de nuestra fuerza pública está controlando la pandemia. Tendremos que mover recursos para combatirlos", manifestó el Mandatario en redes sociales el domingo.

Agregó que la Policía y la Fuerza Armada "deberán priorizar el resguardo de sus vidas, de sus compañeros y de los ciudadanos honrados", sin precisar la cantidad de elementos que se destinarán a tratar de frenar la escalada de violencia.

El Gobierno dispone de unos 23.000 policías y más de 7.000 soldados en las calles para combatir la violencia, un fenómeno heredado de la guerra civil que duró 12 años y dejó más de 75.000 muertos y 8.000 desaparecidos.

Inicialmente, las autoridades de seguridad señalaron que la pandemia del covid-19, que se ha cobrado la vida de 8 personas en el país, contribuyó a una sensible reducción de homicidios de marzo, que cerró con 65 asesinatos.

"Es, por mucho, la cifra más baja desde que El Salvador tiene registros", dijo Bukele el 1 de abril pasado, mientras que el director de la Policía, Mauricio Arriaza, señalaba días antes que el covid-19 contribuía a la caída de la violencia.

Ningún funcionario, ni el propio Mandatario han señalado cuál es la razón que ha llevado a las pandillas a elevar la cifra de asesinatos en este corto tiempo. Mucho menos queda claro el cambio de opinión de estas bandas que, según publicaciones de medios salvadoreños, exigieron bajo amenazas de muerte a los habitantes de las zonas que controlan respetar la cuarentena.

Tampoco se conoce si estos asesinatos son la materialización de dicha amenaza.

Efectividad desmentida

Para Celia Medrano, directora de programas regionales de la organización humanitaria Cristosal, estas cifras de homicidios "marcan una situación que desmiente la efectividad de la disminución de las acciones de grupos de pandillas y crimen organizado" atribuidos al gubernamental plan de "control territorial".

Apuntó, en declaraciones a Efe, que "cuestionan si en realidad el control de estos grupos a nivel territorial logro disminuirse", dado que fueron capaces de cometer estos homicidios con la gran mayoría de la población confinada y toda la fuerza estatal desplegada.

Medrano también criticó que las medidas tomadas inicialmente por Bukele para contrarrestar esta alza se centra en las cárceles al ordenar estados de emergencia para aislar a los pandilleros presos y "bajo la humillación" mediática.

"Será muy difícil que estas acciones pudieran bajar este nivel, puesto que queda evidenciado que el control territorial y accionar de las pandillas no se ha visto mermado, pese a que oficialmente ello se haya informado como resultado del plan control territorial", concluyó.

Alerta internacional

Antes de la escalada de asesinatos, diversos organismos internacionales pusieron los ojos en este país centroamericano a raíz de las confrontaciones entre Bukele, el Parlamento y la Corte Suprema de Justicia (CSJ).

El jefe de Estado dijo recientemente que no acataría un fallo del Supremo que le prohíbe detener y confinar a quienes supuestamente se salten la cuarentena, también publicó un tuit de supuestas sospechas de COVID-19 entre los diputados, que fue tomado como un ataque por los legisladores.

"Si Nayib Bukele continúa por el mismo camino, se graduará muy pronto de caudillo. Tenemos la obligación de hacer todo lo posible por evitar que El Salvador se convierta en otra dictadura latinoamericana"

José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch
"Instamos a la oposición a que se pongan del lado de la gente honrada, y a las instituciones que controlan a dejar de proteger a quienes asesinan a nuestro pueblo", sostuvo el presidente en un mensaje similar a los usados en otras coyunturas.

Los conflictos con los órganos de Estados, que incluyen la irrupción con militares y policías armados en el Congreso en febrero pasado, le han acarreado a Bukele duras críticas en las redes sociales y hasta etiquetas en las que lo llaman "dictador".

Ahora, estas medidas de aislamiento revivieron las críticas al Ejecutivo salvadoreño. De esta forma, el director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, afirmó que "si Nayib Bukele continúa por el mismo camino, se graduará muy pronto de caudillo. Tenemos la obligación de hacer todo lo posible por evitar que El Salvador se convierta en otra dictadura latinoamericana".
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?