El 12 de marzo la capital Beijing empezó a levantar ciertas medidas de confinamiento, tras anunciar que lo peor de la pandemia ya había sido superado por ellos. Semanas después, el 8 de abril, terminó el confinamiento en Wuhan y la rutina empezó a volver a la “nueva normalidad” en la ciudad donde se identificó la pandemia. Desde entonces que la población ha podido retornar gradualmente a las calles, se ha habilitado el transporte público y se han dispuesto distintos controles de temperatura e identidad a lo largo de las urbes chinas. Escuelas y universidades también iniciaron su regreso, con uso de tapabocas obligatorio y respetando el distanciamiento. Si bien el número de casos ha disminuido significativamente, se han detectado pequeños brotes a lo largo del gigante asiático. No obstante, a principios de mayo, la Comisión Nacional de Salud declaró a todo el territorio nacional de “bajo riesgo” para el contagio del coronavirus.
Desde el 26 de marzo que el país funciona bajo un Estado de Emergencia, el cual se extenderá hasta finales de junio. Recién el 17 de mayo se permitió la reapertura de centros comerciales, pero las restricciones -tanto interprovinciales como internacionales- se extendieron hasta fines de junio por orden de la Autoridad de Aviación Civil. Desde la agencia AP subrayan que activistas políticos y de derechos humanos advierten sobre los amplios poderes autorizados en virtud del decreto de emergencia, como las limitaciones al discurso y las reuniones, los que podrían usarse para silenciar a los críticos del gobierno".
La península asiática fue celebrada en un principio como una de las naciones que mejor contuvo la propagación del covid-19, sin la necesidad de cerrar sus fronteras y limitar la movilidad de sus ciudadanos. No obstante, observó el brote de una segunda ola de contagios tras aflojar ciertas medidas el 6 de mayo, las que permitieron reabrir miles de locales de ocio nocturno en sus ciudades. Fue en estos centros donde se volvió a transmitir el coronavirus, pero la policía rastreó las infecciones gracias a la tecnología: datos de teléfonos móviles, aplicaciones, ubicaciones de GPS, pagos con tarjetas de créditos y sistemas de videovigilancia revelaron quiénes estuvieron presentes. Estos mismos sistemas permiten a los usuarios observar qué rutas están libres de contagios. Semanas más tarde, el miércoles 20 de mayo, unos 2.4 millones de estudiantes regresaron a las escuelas.
A principios de mayo Donald Trump aseguró que su país no podría mantener la economía “cerrada por los próximos años”. Con estas palabras daba pie a la reactivación y al desconfinamiento en la nación con mayor número de muertes por el covid-19, y dejaba en la mano de los Estados la decisión de mantener o levantar medidas. Este permiso mantiene alerta a la comunidad científica, que observa cómo Georgia -por ejemplo- ya autorizó a peluquerías, restaurantes, cines y gimnasios para atender. En otros lugares, como Nueva Jersey, Florida, Maryland y Virginia, las playas se han mostrado llenas.
El primer ministro Shinzo Abe levantó este lunes el estado de emergencia que había impuesto el pasado 7 de abril en todo el país. La medida estaba prevista hasta el 6 de mayo, pero fue levantada el 14 de mayo en 39 de las 47 prefecturas del archipiélago y este lunes 25 en la totalidad del país.
La República asiática había comenzado a relajar las medidas sanitarias en abril debido a su rápida contención del covid-19, pero una segunda ola de contagios -potenciada por el hacinamiento de los trabajadores migrantes- obligó al gobierno a endurecer las regla del país. Sin embargo, la nación insular diseñó un programa de apertura que entrará en vigor el 2 de junio y que está divido en tres fases. La primera de ellas avanza en la reapertura de centros preescolares, como también de algunas tiendas. Además permite la participación de hasta diez personas en bodas, cinco en lugares de culto y diez en funerales. Más adelante, el día 10, volverían a clases las escuelas primarias, secundarias y los institutos de enseñanza superior. Tras cuatro semanas en esta etapa, se avanzaría a la segunda fase de “transición segura”, en la que se abrirían restaurantes, tiendas minoristas e instalaciones deportivas. Finalmente, la tercera y última fase permite reanudar las reuniones y eventos, limitando el tamaño de su multitud.
El fin de semana del 23 de abril comenzó a levantarse la cuarentena en la República Socialista, levantando las restricciones de desplazamientos y permitiendo el acceso a distintos lugares turísticos para reforzar el rubro económico. Dos semanas después, los estudiantes de educación primaria volvieron a clases, pero las fronteras se mantienen cerradas. La Organización Mundial de la Salud ha aplaudido la gestión del país asiático, que a más de cuatro meses de su primer caso no registra ninguna víctima.
Durante la segunda quincena de mayo, ha registrado su mayor número de contagios sobrepasando la barrera de los 700 casos a nivel nacional. Lleva más de 60 días cerrado, desde que se decretó el cierre de sus fronteras el 24 de marzo. Según el último discurso de su Primer Ministro Sharma Oli, publicado por The Himalayan Times, el país de Asia del Sur sellará los lugares donde se hayan presenciado rápidas transmisiones, garantizará el trabajo agrícola y se evaluarán los proveedores de servicios.
El 11 de mayo comenzó a regir el plan para salir paulatinamente del confinamiento en el país galo. Este consiste en dividir la nación en zonas verdes y rojas, designadas por la capacidad de los hospitales, el número de pruebas que se realizan y la circulación del virus. En las áreas verdes se podrán reabrir escuelas secundarias, tiendas, cafés y las personas podrán circular sin solicitar un permiso previo a las autoridades. Durante esta semana el gobierno de Macrón anunciará los próximos pasos, en particular, sobre las vacaciones de verano y la reapertura de restaurantes.
El 15 de mayo el país oceánico permitió la reapertura de bares, cafeterías, restaurantes y lugares de culto. Esta medida forma parte de un programa para relajar progresivamente el confinamiento, el que estará a disposición de los gobiernos reginales. Posteriormente, dependiendo de los avances que se logren, se permitirán reuniones de hasta 100 personas y el acceso a gimnasio. De igual forma, más de seis millones de ciudadanos han descargado de manera voluntaria la aplicación de rastreo COVIDSafe, con las que se les permite registrar los contactos entre las personas.
La Federación tropical comenzó el 4 de mayo el levantamiento escalonado de sus restricciones a las actividades y al movimiento en vigor. Según información de la agencia AFP, once días después se permitió además la apertura de sus mezquitas, con un límite de 30 personas máximo. Estos lugares se habían convertido en uno de los mayores focos de contagio cuando el coronavirus llegó al país del sudeste asiático.
El 20 de abril se dio inicio a la agenda de normalización de la nación germana, permitiendo la reapertura de locales comerciales de menos de 800 metros cuadrados y ordenando el reingreso a clases para los estudiantes de primaria. No obstante el avance es lento, ya que la salida de la población ha generado nuevos brotes de contagios. Es por ello que el gobierno está estudiando prolongar las medidas de distanciamiento hasta el 5 de julio.
El 27 de abril Justin Trudeau dio libertad a las autoridades para que decidieran las medidas de desconfinamiento en sus provincias, promoviendo un retorno gradual a la “normalización” del país. Con ello se empezaron a relajar las reglas de distanciamiento, pero el número de contagios locales no ha descendido. Según la Radio Internacional de Canadá, el Instituto Nacional de Salud Pública de Quebec no se muestra particularmente optimista, sobre todo con el plan de Montreal de reabrir las escuelas y algunos comercios. En base a sus estimaciones, ésto podría provocar 150 muertes diarias para julio.
La nación insular decretó el 20 de marzo un toque de queda generalizado de 24 horas. A inicios de mayo la medida comenzó a distenderse en ciertos distritos, pero recién este miércoles 26 se retiró de todo el país incluída la capital Colombo. Desde entonces rige la prohibición de desplazamiento entre las 22:00 y 04:00 horas. Según información de la Associated Press, agentes de la policía se desplegarán con videoteléfonos para observar y arrestar a los infractores del distanciamiento social, quienes podrían enfrentar hasta seis meses de prisión.
El 21 de mayo el Ministerio de Salud levantó la orden que desde mediados de marzo impedía la entrada en al país a los viajeros de España, Italia, Reino Unido, Irán, Francia y Estados Unidos. Para su ingreso se les exigirá un certificado negativo de covid-19 emitido en las 72 horas anteriores de su arribo y un seguro médico con cobertura mínima de US$50.000. Más allá de esto, el reino asiático no había impuesto medidas estrictas de cuarentena, aparte del cierre de colegios, museos, bares y otros tipos de negocios.
El 23 de abril se comenzaron a ajustar las medidas sanitarias, reduciendo las horas del toque de queda nocturno y otorgándole permiso a los restaurantes, cafés y centros comerciales de volver a operar con una capacidad máxima del 30%. El 26 del mismo mes se reanudó el transporte público en el país oriental, pero se mantuvieron ciertas restricciones para los ciudadanos que quisieran salir al exterior, como el uso obligatorio de guantes y máscaras. En mayo se especificó que los menores de 12 años y adultos mayores no podrían ingresar a espacios de aglomeramiento, se limitó a dos horas el viaje de compras y se permitió por el mismo tiempo hacer ejercicios cerca de casa. También sumaron multas: US$800 para quien no use tapaboca, US$2.700 para quienes organicen fiestas y US$1.360 para quienes asistan, entre otras.
El 14 de mayo se permitió el tráfico entre las empresas y se reabrieron los centros educativos -escuelas y guarderías-, tomando especial resguardo en las medidas de higiene y escalonando las horas de comidas, entradas y salidas de los alumnos. De igual forma, el gobierno finlandés anunció que el 1 de junio se permitiría la apertura de los restaurantes y las restricciones en su funcionamiento serían previstas por una enmienda temporal a la Ley de Enfermedades Transmisibles. Para evitar el riesgo de infección, se reduciría el número de asientos con el fin de asegurar la distancia entre los clientes y se establecerían distintos horarios de apertura y consumo.
La cuarentena se ha extendido cuatro veces debido al aumento diario de casos, fijando el confinamiento hasta fines de mayo. Sin embargo, el 17 de este mes el Ministerio del Interior anunció nuevas reglas que relajan en sí las medidas adoptadas: la reapertura de tiendas -a excepción de centros comerciales- y la autorización de vuelos internos son algunas de ellas. Respecto de los viajes en avión, estos quedan limitados a las restricciones impuestas por los diferentes estados del país asiático.
El 15 de mayo la isla sur-asiática reforzó las medidas de confinamiento, ampliando la cuarentena en Manila y varias zonas del país. Junto con atacar la propagación del coronavirus, la nación insular debe sobreponerse a las consecuencias del tifón tropical Vongfong o Ambo, que dejó a más de 150.000 personas en albergues. Dentro de los últimos anuncios hechos por el Presidente Rodrigo Duterte, el lunes 25 se informó que el gobierno no permitirá la vuelta a clases hasta que exista una vacuna disponible ya que se considera que el riesgo “sería demasiado alto”.
El 18 de mayo el gobierno italiano permitió reabrir el comercio en general, pero dejó en las manos de las presidencias regionales cuándo realizar las aperturas. Sin embargo impuso una serie de medidas obligatorias para volver al comercio, como la necesidad instalar barras separadoras, asistir a los restaurantes sólo con reservas y el uso de mascarillas en casi todas partes. Este lunes también se dio luz verde a los gimnasios, centros deportivos y piscinas. El 2 de junio se permitirán los viajes interregionales y se reunirán a más de 60 mil voluntarios para vigilar aglomeraciones.