El primer ministro británico, Boris Johnson.
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El primer ministro británico, Boris Johnson, se dispone a anunciar este martes nuevas restricciones, entre ellas un toque de queda para bares y restaurantes, y un retorno al teletrabajo en Inglaterra, tras elevar el nivel de alerta nacional por los contagios de coronavirus.
Muy criticado al inicio de la pandemia por haber tardado en reaccionar, el líder conservador parece ahora determinado a tomar medidas más fuertes ante la amenaza de una segunda ola que, según advirtieron sus consejeros científicos, podría matar a más de 200 personas al día si no se "cambia de rumbo".
Está sin embargo sometido a la presión de círculos empresariales y, según la prensa, de una parte de su gobierno que incluye al ministro de Finanzas Rishi Sunak, para no imponer medidas demasiado drásticas que vuelvan a paralizar una economía ya muy maltrecha por las restricciones.
En este contexto, Johnson se dirigirá a la Cámara de los Comunes hacia mediodía para precisar las nuevas medidas que debe exponer a la nación en un mensaje televisado por la noche.
Según avanzó Downing Street, anunciará entre otras cosas que "los pubs, bares y restaurantes deberán cerrar a las 22:00 a partir del jueves" en Inglaterra.
Estos establecimientos también se verán limitados a servir únicamente en mesa, y no en la barra, para disminuir los contactos.
Pero habrá más, precisó el influyente ministro del Gabinete, Michael Gove, en la BBC por la mañana, asegurando que se volverá a alentar a quien pueda a trabajar desde casa, pese a una reciente campaña gubernamental para incitar a los empleados a regresar a las oficinas para resucitar los moribundo centros de las grandes ciudades.
Y dio a entender que algunas de las nuevas restricciones podría aplicarse a nivel nacional a raíz de la coordinación con los gobiernos autónomos de Escocia, Gales e Irlanda del Norte.
Antes de comparecer ante los diputados, Johnson se reunirá con su equipo y los primeros ministros de esas tres naciones, que fijan sus propias consignas en la lucha contra el covid-19.
Alerta por los rebrotes
Estas restricciones llegan un día después de que los jefes de los servicios médicos de las cuatro naciones británicas elevaran a 4 el nivel de alerta sobre la propagación del virus, que se encontraba en 3 desde junio. Esto corresponde a un nivel de transmisión "elevado o en aumento exponencial".
El país más castigado de Europa con casi 42.000 muertes confirmadas por covid-19, el Reino Unido está viendo cómo el número de infecciones "se duplica cada siete días", advirtió el lunes el asesor científico del gobierno, Patrick Vallance.
Si la epidemia siguiera esta curva, "llegaríamos a 50.000 casos por día a mediados de octubre" -frente a los 6.000 estimados en la actualidad- y esto podría provocar "200 muertes por día o más a mediados de noviembre", aseguró.
En el punto álgido de la pandemia, el Reino Unido llegó a registrar casi 1.000 muertes diarias.
"Si no cambiamos el rumbo, el virus despegará. Este es el camino en el que estamos", añadió el profesor Chris Whitty, máximo consejero médico de Inglaterra.
Muchas partes del país, que suman casi 15 millones de personas, ya se encuentran bajo algún tipo de restricciones locales, como la prohibición de recibir a familiares y amigos en casa o los toques de queda a la restauración que ahora se generalizan.
Además, desde la semana pasada están prohibidas en toda Inglaterra las reuniones de más de seis personas, a excepción de las escuelas, los lugares de trabajo y culto y los eventos deportivos organizados.
Aconsejado según la prensa por su comité científico para que imponga un nuevo confinamiento nacional a finales de octubre, coincidiendo con las vacaciones escolares en Inglaterra, Johnson parece resistirse a tomar esta medida tan drástica.
Sin embargo, su ministro de Sanidad, Matt Hancock, advirtió que el gobierno está dispuesto hacerlo "como último recurso" para bajar una tasa de transmisión del virus que se dispara con la llegada del otoño como en muchos otros países europeos.