Rusia dijo estar "preocupada" este domingo por "el aumento de las víctimas civiles" en el conflicto entre las fuerzas separatistas armenias de Nagorno Karabaj y el ejército de Azerbaiyán, en combate por octavo día consecutivo.
El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, que habló el domingo por teléfono con su homólogo armenio Zohrab Mnatsakanian, también reiteró su llamado a "un cese el fuego lo antes posible", indicó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia en un comunicado.
Las fuerzas separatistas armenias de Nagorno Karabaj y el ejército de Azerbaiyán intensificaron este domingo, octavo día de combates, el fuego de artillería, en particular en Stepanakert, capital separatista, y en Ganyá, la segunda ciudad más grande de Azerbaiyán.
Ambas partes acrecentaron sus declaraciones belicosas, ignorando los llamados internacionales a una tregua y reprochándose mutuamente la responsabilidad del conflicto.
Desde el viernes, Stepanakert, la principal ciudad de Nagorno Karabaj, fue objeto de ataques que obligaron a la población a esconderse en sótanos y refugios. La ciudad se había quedado sin electricidad este domingo, pero al mediodía el servicio fue restablecido.
El centro y la periferia se vieron afectados y en el noreste se veía humo negro en el cielo.
Los residentes se escondieron en los refugios existentes, como la cripta de una iglesia, donde varias familias esperaban en un ambiente de resignación.
Este domingo de tarde, Shusha, con 4.000 habitantes, fue alcanzada por disparos azerbaiyanos.
De acuerdo al ministerio de Relaciones Exteriores de la autoproclamada república, hay "civiles muertos y heridos" en ambas ciudades.
El presidente de ésta, Arayk Harutyunyan, anunció que, como represalia, sus fuerzas se centrarían ahora en atacar las infraestructuras militares de las "grandes ciudades" de Azerbaiyán, situadas a mayor distancia del frente, y pidió "a los civiles que abandonen inmediatamente esas ciudades".