Al menos diez hombres fuertemente armados y al parecer integrantes de una banda de narcotraficantes secuestró este lunes un tren en Río de Janeiro para huir de una operación policial contra los grupos que controlan el tráfico de drogas en importantes favelas de esta ciudad brasileña.
Los pistoleros sorprendieron a dos maquinistas que estaban en uno de los trenes usados para el mantenimiento de la red de transporte ferroviario urbano en Río de Janeiro en una estación próxima a Jacarezinho, una favela en la zona norte de la ciudad, y los obligaron a transportarlos hasta una estación próxima a la barriada de Mangueira, informaron fuentes oficiales.
Tras unos diez minutos de secuestro, los pistoleros abandonaron el tren -compuesto por la locomotora y un único vagón- en las proximidades de Mangueira y siguieron a pié por la línea férrea hasta esta favela, próxima al centro de la ciudad y que es controlada por una de las principales bandas de narcotraficantes que operan en Río de Janeiro.
En el momento del secuestro la Supervía, empresa concesionaria de los trenes urbanos en Río de Janeiro, había suspendido sus operaciones en la zona norte de la ciudad debido a las enfrentamientos armados que se siguieron a la operación policial para combatir a los narcotraficantes.
Tras ser liberados, los maquinistas siguieron hasta la vecina Central do Brasil, la principal estación de la ciudad, en donde denunciaron el secuestro a la Policía y recibieron atención psicológica debido al estado alterado en que estaban.
El inédito secuestro a un tren se produjo luego de que decenas de agentes de la Policía Militarizada realizaran una operación contra las bandas de narcotraficantes que controlan las favelas de Jacarezinho, Mandela y Manguinhos, todas próximas entre sí en la zona norte de Río de Janeiro.
Los grupos criminales recibieron a tiros a los policías y los tiroteos en diferentes barrios obligaron a las autoridades a interrumpir provisionalmente el tránsito de vehículos en dos importantes vías y la operación de trenes urbanos.
Los enfrentamientos entre las bandas de narcotraficantes que controlan las favelas, las "milicias" (grupos parapoliciales) que las combaten y que también ejercen control territorial y la Policía son habituales en Río de Janeiro y han convertido a esta ciudad en una de las más peligrosas de Brasil.