Argelia aprobó la propuesta de reforma de la Constitución con la tasa de participación electoral más de baja de la historia, cifrada en el 23,7% de los cerca de 24 millones de ciudadanos con derecho a voto en el referéndum celebrado este domingo.
Según el director de la Autoridad Nacional Independiente para las Elecciones (ANIE), Mohamad Charfi, un total de 5.636.172 votantes depositaron su papeleta en la urnas, de las cuales 3.355.513 lo hicieron para respaldar unos cambios ampliamente criticados por la oposición y el movimiento de protesta popular masiva "Hirak" al considerar que no cumplían con las aspiraciones del pueblo.
Esa cifra supone un 66,80% y le sirve al régimen para superar el 50% de apoyo que exige la Constitución, pese a que
los sufragios afirmativos representan menos de un 10 % de la población argelina, calculada en 42,2 millones de habitantes.
La apatía y la escasez de votantes dominaron el referéndum del domingo, marcado por el boicot de la oposición y del Hirak y el misterioso estado de salud del Presidente, Abdelmedjid Tebboune, impulsor de una consulta con la que pretende cerrar la controvertida transición iniciada en abril de 2019 tras la renuncia de su antecesor Abdelaziz Buteflika, forzada por las protestas populares y la presión del Ejército.
Enfermedad del Presidente
Tebboune fue trasladado el jueves a un hospital no revelado de Alemania, apenas cinco días después de que la presidencia informara de forma escueta de que se encontraba desde el sábado en "aislamiento voluntario" en Palacio debido a un caso positivo de covid-19 entre su séquito.
Apenas 24 horas antes de su traslado a Europa, el Mandatario, de 75 años, había sido internado en un hospital militar de Argel en medio del secretismo, sin que hasta la fecha se haya informado de la enfermedad que padece ni se haya confirmado ni desmentido si se ha infectado de coronavirus.
La consulta es
el penúltimo paso del proceso transitorio antes de las elecciones legislativas, y ahí reside el temor político ya que el actual presidente del Senado,
Salah Oudjil, de 89 años, ejerce de forma interina y según la Constitución no está capacitado para sustituir al jefe del Estado, lo que crearía
un peligroso vacío de poder.
El presidente en Argelia tiene numerosas atribuciones únicas, como la de firmar y validar la reforma constitucional, una práctica tradicional en la presidencia argelina: Buteflika introdujo tres durante sus ultimas tres reelecciones, ninguna de la cuales contó con el apoyo de la población.
Un cambio radical
El régimen ha presentado la reforma como "el nacimiento de la nueva Argelia", pero expertos constitucionalistas y responsables de la oposición advierten, sin embargo, que los cambios son modestos y no reflejan los deseos de la mayoría del pueblo argelino y del Hirak, que desde febrero de 2019 pide la caída del régimen militar que gobierna en Argelia desde la independencia de Francia en 1962.
Las enmiendas introducidas se reducen a reformar la elección del primer ministro, a limitar los mandatos, a cambiar mínimamente la composición del Consejo Superior del Poder Judicial y a crear las bases para un Tribunal Constitucional.
Además se apropia del Hirak, convirtiéndolo en un movimiento nacional en un intento por desactivarlo, y tiene como reforma más significativa autorizar la intervención del Ejército en misiones de paz en el extranjero.