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La importancia para Marruecos del apoyo de Trump a su soberanía sobre el Sahara Occidental

La sorpresiva medida causó satisfacción en Rabat, cuyas autoridades llevan años buscando apoyo. El soporte de Washington se suma al de Francia, otro actor importante en el Consejo de Seguridad de la ONU.

11 de Diciembre de 2020 | 18:10 | EFE/Editado por Ramón Jara A., Emol
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AFP
El anuncio del Presidente estadounidense, Donald Trump, de reconocer la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental permite a Marruecos sumar ya el apoyo diplomático de dos "grandes", contando a Francia, mientras que la ONU no logra sacar al conflicto de una larga década de bloqueo total.

La declaración de Trump, que vino acompañada del anuncio de un próximo consulado estadounidense en la ciudad de Dajla, tomó por sorpresa a propios y extraños, también en Marruecos, pues los apoyos que el país magrebí ha ido sumando pacientemente año tras año no se comparan con el espaldarazo de la primera potencia mundial.

En Marruecos la noticia ha sido acogida como un gran triunfo de lo que se llama "la causa nacional" (la soberanía en el Sahara) a la que se supeditan todas las demás, pues da sentido a la "estrategia de los consulados" que ha permitido la apertura de oficinas de veinte países en El Aaiún y Dajla en los últimos meses.

El Sahara de John Kerry y el de Trump

En solo siete años, Estados Unidos ha cambiado visiblemente su postura sobre el Sahara: en 2013, el entonces secretario de Estado John Kerry impulsó una propuesta en el Consejo de Seguridad para que la misión de la ONU en el Sahara (Minurso) tuviera competencias en derechos humanos, a lo que Marruecos se negó en firme.

Rabat envió emisarios a todas las capitales del mundo con peso diplomático y consiguió paralizar el proyecto de Kerry. Desde ese año, el tema ya ni siquiera se discute, una prueba del poder que Marruecos exhibe cuando se trata del Sahara.

La postura de EE.UU. sobre el Sahara Occidental ha cambiado en los últimos años. Si en un momento abogó porque la misión de la ONU tuviera competencias en materias de derechos humanos, ahora firma un compromiso con Marruecos

Estados Unidos, según comentarios de fuentes diplomáticas norteamericanas en Rabat, tiene en los últimos años una preocupación mayor: la estabilidad en el Sahara como parte del gran Sahel, y esa estabilidad está garantizada por Marruecos.

Detalles pequeños pero simbólicos, como la apertura de una franquicia de McDonalds en El Aaiún en 2017, que resultó un éxito, son puestas de ejemplo como oportunidades que se abren a otras empresas estadounidenses en el territorio, y no es casual que EE.UU. anunciara ayer que el consulado de Dajla tendrá un cometido fundamentalmente económico.

El nuevo embajador de EE.UU. en Rabat, David T. Fischer, dijo ayer: "El anuncio de hoy es solo el principio de muchos otros acontecimientos importantes en los años venideros".

El apoyo constante de Francia

Estados Unidos no es el primer país occidental que reconoce la soberanía de Marruecos en el Sahara, pues Francia lo hace abiertamente desde hace décadas, habiéndose convertido en el principal sostén diplomático de Rabat en cada debate sobre la cuestión.

Y si Francia no tiene (aún) abierto un consulado en el Sahara, tiene otras antenas tanto o más importantes: dos escuelas francesas de titularidad pública en El Aaiún (Paul Pascon) y Dajla (Odette de Puigaudeau), donde se forma la pequeña élite local y que no paran de crecer, sumando nuevas aulas cada año.

Lo mismo sucede con la Cámara Francesa de Comercio e Industria, que tiene delegaciones regionales en ambas ciudades y da cobertura a los empresarios franceses con intereses crecientes en los sectores pesquero, turístico o de energías renovables, por citar los tres punteros en la región.

Una ONU desdibujada

Y mientras Marruecos logra el apoyo de dos grandes, la ONU parece condenada a la irrelevancia en un conflicto que no consigue sacar del bloqueo político, con una misión de "cascos azules" que se dedican únicamente a certificar que se respeta o se rompe el alto el fuego.

Hace ahora un mes, el 13 de noviembre, el Ejército marroquí penetró en la zona desmilitarizada de Guerguerat (una franja de cinco kilómetros entre la aduana marroquí y la frontera de Mauritania) y desalojó a un grupo de manifestantes del Frente Polisario que bloqueaban una carretera.

Al día siguiente, el Polisario dio por roto el alto al fuego y declaró "el estado de guerra en todo el territorio", a lo que Marruecos no respondió, pero días más tarde el rey Mohamed VI llamó al secretario general de la ONU António Guterres y le dijo que su país mantenía su compromiso con la tregua.

Fuentes de la ONU que pidieron el anonimato dijeron a Efe que han comprobado continuos intercambios de fuego "de baja intensidad" entre las partes a lo largo de este mes, sin tener constancia de bajas de una u otra parte, pero consideran que el verdadero objetivo del Polisario es obligar a Marruecos a volver a la mesa de negociaciones.

Marruecos siempre ha declarado que el Consejo de Seguridad de la ONU es la única instancia donde tiene cabida una solución al conflicto, y las resoluciones del Consejo han ido basculando progresivamente en los últimos años hacia las tesis marroquíes, como lo demuestra el hecho de que la palabra "referéndum" ya no aparezca en las últimas resoluciones.

En el Consejo, Marruecos tiene ahora ganados los votos de dos miembros permanentes, mientras que los otros tres muestran como máximo una prudente neutralidad, sin ponerse en ningún caso del lado del Polisario.

Consultado ayer el ministro marroquí de Relaciones Exteriores sobre qué significaba la declaración de Trump ante el papel central de la ONU en el conflicto, Naser Burita dijo: "Esto marca un camino".
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