El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, aceptó este lunes la existencia de una "situación compleja y sin precedentes" tras la irrupción policial ordenada por su Gobierno a la Embajada de México en Quito el pasado viernes, para detener al ex vicepresidente Jorge Glas, acusado de corrupción y que se encontraba en esa legación con goce de asilo político.
Noboa aseguró que tuvo que tomar "decisiones excepcionales para proteger la seguridad nacional, el Estado de derecho y la dignidad de un pueblo que rechaza cualquier tipo de impunidad a criminales, delincuentes o narcoterroristas".
En una carta que publicó en sus redes sociales, el presidente de Ecuador afirmó estar
"dispuesto a resolver cualquier diferencia" con México, pero reiteró que "la justicia no se negocia".
"Los últimos días han requerido fuerza y decisión", señaló el mandatario al afirmar que su obligación era "cumplir con los dictámenes de la justicia", por lo que no podía permitir que "se asile a delincuentes sentenciados, involucrados en crímenes muy graves".
Ese asilo hubiese violado "el artículo II del Acuerdo de Caracas, el artículo I de la Convención de Montevideo y artículo 41 de la Convención de Viena", añadió el gobernante en su misiva al insistir en su advertencia de que su Gobierno conocía del "riesgo inminente" de fuga de Glas.
Criticó a grupos políticos ecuatorianos que han cuestionado su gestión en este tema y que han "solicitado" sanciones contra el país.
Algunos "han solicitado a México que nos declare la guerra y a la comunidad internacional que nos sancione económicamente, incurriendo en una traición a la Patria nunca antes vista", señaló.
"Hay que entender que nos estamos jugando el país y que todas estas críticas salen una vez que ven que la gran mayoría de los ecuatorianos votarán por la dignidad nacional en la consulta popular del 21 de abril, la máxima expresión democrática de una nación", añadió en referencia al plebiscito impulsado por su Gobierno sobre temas de seguridad, inversiones y empleo.
Ecuador "es un país de paz y de justicia, que respeta a todas las naciones y el derecho internacional. Al pueblo hermano de México quiero expresarle que siempre estaré dispuesto a resolver cualquier diferencia, pero que la justicia no se negocia y que jamás protegeremos a criminales que les han hecho daño a los mexicanos", sostuvo.
Finalmente agradeció a la Policía, las Fuerzas Armadas y a su equipo de trabajo, así como a los "millones de ecuatorianos que luchan día a día a mi lado por un nuevo Ecuador".
La crisis diplomática estalló el viernes por la noche cuando, en un hecho insólito y condenado por gran parte de la comunidad internacional, la Policía ecuatoriana irrumpió en la Embajada de México en Quito para arrestar a Jorge Glas, exvicepresidente de Rafael Correa (2013-2018) procesado por corrupción y quien había pedido asilo político a México.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ordenó la ruptura de relaciones diplomáticas con Ecuador y el inmediato regreso a México de todo el personal de su embajada en Quito.
Según el Gobierno de Noboa, México habría incumplido los tratados internacionales sobre el derecho de asilo al refugiar a una persona que estaba imputada por malversación y que debía regresar a la cárcel para cumplir dos sentencias por cohecho y asociación delictiva.