Rafael Garay habló con los medios de comunicación el lunes pasado en Ramania.
El Mercurio
SANTIAGO.- "No sabemos el destino de los dineros", dijo enfático este jueves el fiscal centro norte, José Morales, durante la audiencia de formalización en ausencia contra Rafael Garay, a quien se le atribuyó ser el autor de la estafa de $1.800 millones que afectó a 36 personas.
"No tiene saldo en sus cuentas", insistió el investigador para sostener que el imputado nunca invirtió los dineros de sus clientes, a quienes les comprometió una rentabilidad anual del 18%.
Sus argumentos, además, iban dirigidos a explicar que el uso de los fondos fueron utilizados en beneficio del propio imputado, quien -como parte de su engaño- simuló tener gran solvencia económica, adquiriendo -entre otros bienes- automóviles de lujo.
En este escenario, el Ministerio Público reveló que la última noche que el autodenominado economista estuvo en el país, antes de partir el 4 de septiembre rumbo a Francia, se hospedó en el Hotel W, en la comuna de Las Condes, desembolsando $500 mil.
Horas después, partió al extranjero para tratar el supuesto cáncer que dijo padecer y que lo había obligado a cerrar su empresa Think & Co.
Desde entonces, cercanos y familiares no tuvieron más contacto con el ingeniero, quien fue ubicado en Rumania días después de la denuncia por presunta desgracia presentada el 21 de septiembre.
Actualmente, Garay permanece en Brasov sujeto a la medida cautelar de arresto total en el domicilio cuyo arriendo está a su nombre.
Este mediodía, en tanto, el 3° Juzgado de Garantía de Santiago aceptó iniciar un proceso de extradición respecto del ingeniero comercial tras escuchar los hechos expuestos por la Fiscalía.
De esta manera, elevó los antecedentes a la Corte de Apelaciones que finalmente deberá resolver si procede solicitar la extradición del imputado a Rumania.
Según la resolución de la magistrada Rabinovich, Garay montó un negocio imaginario para defraudar a las víctimas, enfatizando que -a juicio del tribunal, el imputado se encuentra en Rumania con la única intención de eludir a la justicia.