SANTIAGO.-
"¿Puede alguien obligarme a ejecutar actos que violenten mi consciencia y violenten la Constitución y las leyes?". De esta forma, el ex ministro de Justicia, Jaime Campos, reconoció haberse negado a firmar el polémico decreto de cierre del penal Punta Peuco que habría sido impulsado por la ex Mandataria
Michelle Bachelet, a solo horas del cambio de mando presidencial del 11 de marzo.
Así, a través de un video dirigido a personas que participan en la masonería del país, Campos sostuvo que, pese a que él durante su gestión le había planeado varias veces evaluar el cierre del recinto a la Mandataria, "a horas del proceso de transmisión de mando, un acto de esta especie lo único que iba a lograr era empañar lo que ha sido la tradición republicana chilena".
"Con el propósito de evitar ese bochorno, por cierto que me negué a hacerlo", añadió.
"Les advertí (al entonces Gobierno) que ese acto jurídicamente era ineficaz", continuó el ex secretario de Estado, quien además recalcó que dicho decreto "no iba a producir efecto material alguno, y que me parecía solo una maniobra política comunicacional. Yo, para ello, no me prestaba", apuntó.
En ese sentido, y luego de aclarar que el documento no implicaba el cierre de Punta Peuco, pero que "objetivamente se refería a él", Campos agregó que "en la vida hay que comportarse en función de tres parámetros: nuestra consciencia, los principios y valores que profesamos y el respeto a la Constitución y la ley."
"No podía aceptar a última hora tratar de ejecutar un acto a sabiendas de que era ilegal y a sabiendas de que solo tenía un propósito político comunicacional y que empañaría groseramente lo que era el proceso de transmisión de mando".
Jaime Campos, ex ministro de Justicia
"Si alguien me plantea ejecutar un acto que violenta mi consciencia, que transgrede mis principios y mis valores o que importa una marginación de la constitución y de la ley que hemos jurado respetar, tengan ustedes la seguridad que yo jamás lo voy a realizar", enfatizó.
Y en este caso, manifestó, "me tocó enfrentar esa situación (...) Nunca he tratado de amparar a los violadores de derechos humanos como algunos lo sostienen. Sin embargo, quienes debían adoptar las resoluciones políticas pertinentes en el momento oportuno, no lo hicieron", aludiendo al liderazgo de Bachelet.
En consecuencia, Campos remató afirmando que debido a todo lo anterior no podía aceptar a última hora "tratar de ejecutar un acto a sabiendas de que era ilegal y a sabiendas de que solo tenía un propósito político comunicacional y que empañaría groseramente lo que era el proceso de transmisión de mando".
