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La desarticulada respuesta que generó la carta del Papa Francisco dentro de la Conferencia Episcopal

Tras la misiva que envió el Pontífice, algunos obispos salieron a reconocer responsabilidades, otros a negarlas y este jueves el Arzobispado de Santiago convocó una conferencia de prensa para enfrentar el tema en el cual, defienden, no se han "lavado las manos".

21 de Abril de 2018 | 09:00 | Por Consuelo Ferrer Durán, Emol
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El Mercurio (archivo)
SANTIAGO.- "Todos los testimonios recogidos hablan en modo descarnado, sin aditivos ni edulcorantes, de muchas vidas crucificadas". Se trata sólo de una oración dentro de la carta de seis páginas que hace ya dos semanas el Papa Francisco envió a los obispos de la Conferencia Episcopal chilena.

En ella, el Pontífice reconoció sentir "dolor y vergüenza" por no haber sopesado la realidad de los abusos sexuales y de poder dentro de la iglesia católica en el país, situaciones que, asegura, conocía a través de información que no fue "veraz" ni "equilibrada", en particular con respecto al obispo de Osorno, Juan Barros.

La misiva concluía con la invitación a todos los obispos a viajar hasta Roma para "dialogar", reunión que se concretará en mayo. La llegada de la carta y sus noticias remeció, en forma evidente, a la iglesia chilena.

Los obispos toman la palabra


El primero en reaccionar fue, por cierto, el polémico obispo de Osorno, quien comunicó que participará de la reunión en El Vaticano por ser "algo muy importante". "A todos nos motiva", afirmó también Juan Barros, además de asegurar que Francisco "siempre busca lo mejor para todos".

Dos días después de que se diera a conocer la misiva, también se refirió al tema el arzobispo emérito de Santiago, cardenal Francisco Javier Errázuriz, quien había sido señalado por el sacerdote jesuita Felipe Berríos como uno de los responsables de la "falta de información veraz".

"No faltó un sacerdote que mencionó mi nombre entre los responsables, puesto que soy uno de los nueve cardenales que pertenecen al Consejo de Cardenales que nombró el Papa poco después de su elección", dijo a La Tercera.

Pero sobre la acusación, Errázuriz aseguró que su tarea, dentro de ese grupo, "no consiste en informar al Papa sobre las dificultades, los posibles errores y males que afectan a la Iglesia en todos los países. El Santo Padre cuenta con otros canales para este objetivo".

Luego, tras la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal que tuvo lugar durante este mes de abril en Punta de Tralca, los obispos en su conjunto declararon sentir "dolor y vergüenza" por no haber "logrado que las heridas de los abusos sanaran".

"Queremos hacernos cargo de los errores que nos correspondan y corregirlos, de tal forma que la Iglesia sea, cada vez más, un ambiente sano y seguro para niños, niñas y jóvenes", afirmaron en un comunicado.

También hablaron, individualmente, los obispos de Talca y Linares. El primero, Horacio Valenzuela, ha sido señalado también como cercano al ex párroco de El Bosque, Fernando Karadima, e incluso encubridor de sus abusos. Por eso, hay voces que también piden su remoción de la diócesis.

"Me equivoqué al no darme cuenta de que pasaban cosas malas", dijo el sacerdote, admitiendo además que "no fuimos atentos cuando pasaban cosas malas, faltó lucidez para estar más cerca de los que sufrían".

En cuanto al pastor de Linares, Tomislav Koljatic, ex integrante de la disuelta Pía Unión Sacerdotal liderada por Karadima, también aceptó su parte.

"Tal vez no fui lo suficientemente lúcido para comprender lo que estaba ocurriendo, y si es así, evidentemente tengo que asumir esa responsabilidad", aseguró.

Pero después vino el evento más grande: una conferencia de prensa convocada por Ricardo Ezzati, en la que lo acompañaron otros cinco sacerdotes del Arzobispado de Santiago. En ella, el cardenal respondió todas las preguntas de la prensa y condenó que "se haya intentado engañar al Santo Padre".

"Cada obispo gobierna a su Iglesia"


Las declaraciones, desde la vereda de enfrente, se han percibido como descoordinadas y desarticuladas, tesis que reafirma la académica de la Facultad de Teología UC, Claudia Leal.

"La iglesia chilena no cuenta con una política comunicacional que abarque a todo el país. El arzobispado de Santiago sí tiene una más desarrollada, más estudiada y más dirigida, pero no es el caso de la iglesia chilena", explica.

"Lo que a mí me hace ruido es que todos estén hablando ahora. La verdad es que las declaraciones que hoy se hacen yo las encuentro tardías"

Alejandro Álvarez
Para ahondar en eso, el abogado canónico y vocero de Voces Católicas, Alejandro Álvarez, añade que "cada diócesis es la Iglesia en sí misma, cada obispo gobierna a su iglesia y por lo tanto todas las decisiones de gobierno, de comunicación o lo que sea lo realizan en vista de su diócesis".

"Es evidente que el cadenal Ezzati ha madurado mucho este argumento (...) pero en muchos casos o más o menos improvisada la reacción", comenta Leal. Además, señala que las voces que se han oído "tienden a pretender justificarse todavía".

Álvarez afirma que estas declaraciones en paralelo y desarticuladas de lo comunicado en Santiago no le sorprenden tanto, por la estructura jurídica y pastoral de la Iglesia. "Lo que a mí me hace ruido es que todos estén hablando ahora. La verdad es que las declaraciones que hoy se hacen yo las encuentro tardías", señala.

Dice, además, que lo comandado por el Papa en su carta es entrar en un ambiente "de reflexión", "y me parece que no es el momento de hacer ninguna declaración, es un momento de introspección", afirma.

"El pluralismo interno debe existir"


Para Sandra Arenas, doctora en Teología Sistemática y docente de la U. Católica, se trata de una falta de política corporativa de comunicación que atribuye a una "ingenuidad". "Aunque a estas alturas las ingenuidades deberían haber quedado atrás", dice.

"La Conferencia Episcopal de Chile está muy por debajo de las exigencias de la situación. No hablo de que se pongan de acuerdo en una respuesta, porque el pluralismo interno debe existir. Tener políticas comunicaciones no tiene nada que ver con formar una opinión, sino más bien con coordinar cómo se enfrenta cierta situación", explica a Emol.

"Se han quedado demasiado encerrados en un círculo, sin asesorías de buen nivel, ni teológicas ni canónicas"

Sandra Arenas
Señala, por ejemplo, que se podría haber establecido una comisión, elegir un vocero, designar expertos que asesoren. "Se han quedado demasiado encerrados en un círculo, sin asesorías de buen nivel, ni teológicas ni canónicas. Han sido sólo reactivos y no proactivos", y señala además que es una actitud que viene desde antes de la visita de Francisco.

"No prever algo como lo que pasó (en la visita) traspasa todos los límites de la ingenuidad", concluye.
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