SANTIAGO.- La Conferencia Episcopal de Chile informó esta mañana que el Papa Francisco aceptó la renuncia de tres obispos:
Juan Barros, Cristián Caro y Gonzalo Duarte.
La salida de Barros de la diócesis de Osorno era algo esperado, producto de las acusaciones que pesan en su contra como supuesto encubridor del ex párroco de El Bosque Fernando Karadima. Respecto al caso de Caro -ahora ex líder de la iglesia de Puerto Montt-, su longevidad pesó en la decisión de Francisco, ya que tiene más de 75 años, edad en la que un obispo debe comenzar a dejar sus funciones como tal.
Mientras que Duarte, el saliente obispo de Valparaíso, si bien también cuenta con la mayoría de edad para dejar su cargo, acusaciones que han salido a la luz durante los últimos días advierten que la determinación del Papa en su caso también pudo haberse basado en otros antecedentes.
El año 2012, el ex seminarista Mauricio Pulgar presentó querellas por presuntos abusos sexuales, encubrimiento y asociación ilícita en contra de un grupo de sacerdotes, por los hechos que aseguró haber vivido en el Seminario Pontificio Mayor San Rafael. Uno de los religiosos mencionados en la causa -que fue sobreseída por la justicia- era Duarte.
En los últimos días, el caso volvió a estar presente en los medios de comunicación a raíz de algunos testimonios que apuntaban al supuesto actuar abusivo de Duarte. Al ser consultada al respecto, la Conferencia Espíscopal respondió a El Mercurio que "no hay ninguna investigación en curso" sobre el prelado, ni tampoco "en el pasado".
Ante esto, el obispo de San Bernardo y miembro del comité permanente de la Conferencia Episcopal, Juan Ignacio González, habló con radio Universo sobre las salidas aceptadas por Francisco y agradeció a Duarte por "lo que ha hecho por la Iglesia y que le vaya muy bien en sus nuevas responsabilidades".
Respecto a la denuncia hecha por Pulgar contra el ex obispo de Valparaíso, González señaló que "hubo un proceso civil donde todo se aclaró perfectamente, donde también se acusó a otros obispos y cardenales".
"También hubo una investigación canónica, y salió claro que no había razón suficiente para decir que allí había un delito. Esa investigación se hizo y la hizo una persona muy competente", agregó.
Sin embargo, para González lo más importante tras las determinaciones de Francisco es que el Sumo Pontífice "ha empezado a hacer lo que tiene pensado que son cambios en la jerarquía de los obispos".
También se refirió a la salida del cuestionado Juan Barros y comentó que con esto "sí va a llegar tranquilidad a Osorno. Me parece que es lo que el Papa busca: que haya paz".
"Han pasado una serie de cosas graves que no hemos sido capaces de dilucidar nosotros, y que hayamos tenido que recibir ayuda desde fuera, es una señal (...). Todos recibimos esa llamada de atención con mucha claridad. El Papa nos ha llamado la atención y nos ha pedido cambiar", concluyó González.
