El Mercurio (imagen referencial)
SANTIAGO.- "Esta avioneta podría haber caído al interior del parque, que está lleno de niños, personas haciendo deporte, viviendas aledañas acá. Por lo tanto nosotros pedimos que el proyecto Peldehue se agilice lo antes posible y también obviamente que todos los vuelos (...) sean trasladados a ese lugar".
Con esas palabras la alcaldesa de Peñalolén, Carolina Leitao, se refirió al accidente ocurrido en su comuna tras la caída de una avioneta, donde una persona resultó fallecida y otras tres heridas, dos de ellas de gravedad. Se trató de un episodio más de un largo historias de incidentes alrededor del aeródromo de Tobalaba.
Por eso es que la jefa comunal volvió a sacar a la luz el nombre del proyecto que comenzó a idearse en 2008, después del peor accidente en la historia del aeródromo, que dejó 13 muertos, y que empezó su construcción en la comuna de Colina, a 30 kilómetros de Santiago, el año pasado.
El aeródromo que cerraría Tobalaba
"El 2009 se creó una comisión para generar una alternativa (al aeródromo de Tobalaba)", dijo el entonces intendente de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, en diciembre de 2016, luego de otro accidente que dejó a dos jóvenes con heridas leves.
A Orrego le había correspondido tratar de cerca con el problema que significa la cantidad de accidentes que se generan en el perímetro cercano al recinto emplazado en el límite de La Reina y Peñalolén, pues fue alcalde de esta última comuna entre 2004 y 2012, periodo en que ocurrieron seis incidentes.
Según lo informado por el intendente ese día, el proyecto de Peldehue, costaría cerca de $12 mil millones, pero los diseños, recursos y la licitación estaban listos. "Estamos a días de que la Contraloría tome razón del contrato que adjudica la construcción de este aeródromo (...) No habrá más excusas para no cerrar Tobalaba", afirmó.
Sin embargo, el Club Aéreo de Santiago afirmó lo contrario dos días después. "El nuevo aeródromo fue planificado para absorber un porcentaje de las operaciones aéreas de aviación general que tienen lugar en Tobalaba, es decir, su objetivo es ser un aeródromo complementario al que tenemos y no un reemplazo", explicó en diciembre pasado el presidente del directorio Ricardo Barnert.
Meses antes, la resolución que daba inicio al proceso de construcción del recinto había sido firmada por el ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga. "Empezamos el camino sin retorno para tener la nueva pista, el nuevo aeródromo en la Región Metropolitana", afirmó en la oportunidad.
Mantener sólo los vuelos necesarios
El aeródromo de Peldehue, resultado de un convenio entre la Dirección de Aeropuertos del Ministerio de Obras Públicas y el Ejército, será el primero público y administrado por la Dirección Aeronáutica. La obra tendrá más del doble de la superficie que el de Tobalaba, una pista de 1.150 metros de largo y 23 de ancho, una torre de control y plataforma para estacionamiento de aeronaves civiles.
En su anuncio, Orrego había afirmado que la construcción del recinto tomaría 20 meses y que "podríamos estar para el segundo semestre de 2018 con un aeródromo público en la Región Metropolitana". En lo concreto, las obras iniciaron en julio de 2017, y presentaban en marzo un 38% de avance.
"Lo serio es decir que van a disminuir al máximo todos los vuelos que no se tengan que realizar y se enviarán a Peldehue cuando esté inaugurado"
Karla Rubilar
Según la intendenta Karla Rubilar, el calendario original de construcción sufrió retrasos y se espera que se inaugure el segundo semestre de 2019. La autoridad ha sido una férrea defensora del funcionamiento de Tobalaba, por su ubicación estratégica en asuntos de salud y control de incendios.
"Lo serio es decir que van a disminuir al máximo todos los vuelos que no se tengan que realizar y se enviarán a Peldehue cuando esté inaugurado", señaló esta semana. "Se trasladará al menos un 30% de los vuelos de Tobalaba, restringiendo así al máximo los vuelos de riesgo en el recinto".
Las operaciones del aeródromo actual ya fueron limitadas en parte después del accidente de 2008: bajaron, entre ese año y el 2016, de 79 mil a 45 mil.