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Director de Arquitectura UC y Plaza Baquedano: "Por ahora no es un lugar de dignidad, es un lugar de confrontación"

Para Luis Eduardo Bresciani, se trata de un punto que "genera tensión y miedo". El académico también criticó la violencia que se registró en Viña en la primera jornada del festival. "Es chocante para la mayoría de los chilenos", dijo.

24 de Febrero de 2020 | 13:06 | Por Equipo de Actualidad, Emol
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La Segunda (archivo)
SANTIAGO.- "Es el lugar donde todo ocurre", dice Luis Eduardo Bresciani, director de la Escuela de Arquitectura de la U. Católica, al hablar de la Plaza Baquedano, la que fue referida en la primera noche del Festival de Viña por el humorista Stefan Kramer como "Plaza de la Dignidad", un nombre que le fue puesto por el movimiento social.

"Hoy no es un lugar de dignidad, en términos de como fue simbolizado el 25 de octubre con la gran marcha del millón de personas, sino que es un lugar de tensión, de confrontación, pero también de símbolos", aseguró en conversación con Radio Universo.

A su juicio, "la ciudad es un fenómeno de largo aliento" y es probable en unos años más el lugar haya cobrado un nuevo significado. "Puede ser 'dignidad', pero tiene que pasar más tiempo, más acuerdos sociales, y hoy día es más bien un lugar de conflicto, no un lugar de dignidad", dijo.

"Se ha convertido en un lugar de enfrentamiento entre dos formas de violencia: una por parte del Estado, que la policía no ha logrado manejar, que es la violación a los DD.HH., y una violencia de un grupo de jóvenes que siente que la única forma de participar en la sociedad es a través de la destrucción", añadió.

El espacio, para él, es una fuente que "genera tensión y miedos". "Los lugares cobran nombres y significados en procesos más largos y esperamos que en los próximos años uno pueda darle el significado que corresponde", afirmó.

Las dos caras de Viña

Además de reparar en la forma de nombrar la plaza, el académico realizó un análisis a lo que se dio en la primera noche del certamen: un espectáculo que se transmitió por televisión a varios países, y a pocas cuadras una serie de ataques vandálicos.

"Para todos es súper complejo comprender cómo estas cosas ocurren. La ciudad siempre ha sido espacio de encuentro, pero también de conflicto. Quizás la única diferencia con la ciudad previa al 18 de octubre es que el conflicto, la violencia y los espacios de encuentro se daban en distintos lugares de Santiago en forma simultánea y uno no los podía ver al mismo tiempo", comentó.

"Lo que ocurre en la mal llamada ‘zona cero’ de Plaza Italia claramente han sido los paisajes cotidianos de muchas poblaciones del Gran Santiago durante un tiempo largo. Un tercio de la ciudad se parece a la Plaza Italia actual y nadie lo veía"

Luis Eduardo Bresciani
"Lo que ocurre en la mal llamada ‘zona cero’ de Plaza Italia claramente han sido los paisajes cotidianos de muchas poblaciones del Gran Santiago durante un tiempo largo: un tercio de la ciudad se parece a la Plaza Italia actual y nadie lo veía", agregó.

Para él, lo que ocurrió este domingo "es la violencia en su peor expresión". "No es expresión de manifestación lo que ocurrió ayer: es violencia pura, se ha expresado en un mismo lugar y en forma simultánea, y eso genera una postal de la ciudad y de la sociedad que es terriblemente contrastante", dijo. "Por eso es que este contraste entre el festival y la celebración con la violencia pura es chocante para la mayoría de los chilenos".

"Lo que uno debiera pensar, como urbanista, es que esta expresión de ‘violencia y destrucción’ y al mismo tiempo ‘celebración y encuentro’ en un solo lugar quizás nos debiera llevar a pensar que hay otras partes de la ciudad donde ya venía ocurriendo y que las hemos abandonado", opinó.

"El debate político sigue siendo el único camino para restaurar un cierto grado de consenso y romper con la polarización y aislar a grupos que no han visto otra forma de expresarse que esta", agregó.

Fachadas grises

Por último, Bresciani se refirió al fenómeno que se ha generado en Santiago Centro, donde grupos organizados han tapado rayados y graffitis de las paredes con capas de pintura gris. Al respecto, señaló que si los vecinos quieren recuperar sus inmuebles, tienen derecho de hacerlo, pero que también están en su derecho quienes quieran "guardar esa memoria".

"Borrar también es un acto súper violento (...) Borrarlo, como si no hubiera existido, también es un acto de violencia", afirmó. Esto se ha generado, según él, porque "el espacio público se ha convertido en una batalla por grupos que tratan de monopolizar sus verdades". "Se ha transformado en un lugar de confrontación", concluyó.
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