SANTIAGO.- "Estamos enfrentando una situación muy compleja", aseguró el ministro de Salud, Jaime Mañalich, al informar de un aumento en los casos críticos de covid-19. "Nos hemos preparado desde hace mucho tiempo, hemos adelantado medidas para tratar de dar la pelea como corresponde y salir victoriosos de esta pandemia que enfrenta el mundo, la más severa, la más grave de los últimos cien años, pero no podemos dejar de hacer un énfasis tremendo en que esto no puede avanzar sin la colaboración de todos", agregó.
En la conferencia de este martes, las autoridades sanitarias hicieron insistentes llamados a la ciudadanía al autocuidado, pidiendo el "compromiso de todos" y la "solidaridad" al repetir las medidas. De lo contrario, dijo el ministro, el país podría llegar a una situación como la de Italia, España o Nueva York. "No hay sistema de salud que pueda tolerar una demanda extrema", dijo.
El ministro incluso detalló las medidas que, solicitó, no deben descuidarse: "la decisión de usar una mascarilla, de mantenerse en cuarentena, de no ir a ver a un adulto mayor, de consultar oportunamente si se tienen síntomas, de lavarse las manos —que son las medidas más efectivas a las que podemos recurrir junto al distanciamiento social— es lo permite diferenciar cómo nos va a ir en la tarea de ganar esta tremenda batalla contra esta pandemia", explicó.
El tono de preocupación en el Gobierno ha ido en aumento con el paso de los días. A fines de abril, lo que predominaba en el discurso de las autoridades era un llamado a entrar en una "nueva normalidad" y hacer un "retorno seguro" a las actividades cotidianas, aunque consignando que se trataba de un escenario distinto al que existía previo a la pandemia.
A pesar de los cuestionamientos por una eventual "contradicción" entre ambos llamados —a una "nueva normalidad" primero y luego a extremar el autocuidado—, el subsecretario Zúñiga aseguró que "no existe evidencia de que haya una correlación". En la práctica, una cosa tuvieron en común ambos discursos: el énfasis en mantener las "medidas de cuidado personal" como el uso de mascarillas, el lavado de manos y la distancia social.
Y es que la evidencia ha mostrado que relajar dichas medidas es la fórmula ideal para un aumento en los contagios o incluso un rebrote en comunidades que parecían controladas.
Rebrotes en Asia
Durante la segunda quincena de marzo, las imágenes de japoneses celebrando sus fiestas primaverales sorprendieron en medio de la pandemia. Al par de días, un epidemiólogo del país alertó que había baja sensación de crisis, y que aquello podía derivar en una explosión de contagios. En ese momento, la curva de Japón se mantenía plana y otros gobiernos lo usaban como un ejemplo, pero a principios de abril las cifras de empezaron a subir de forma drástica.
Japón, Singapur, Corea del Sur y China han visto una nueva alza en sus casos, antes controlados
Algo similar ocurrió en Singapur, donde se aplicaron medidas tempranas de detección y aislamiento que fueron aplaudidas a nivel mundial. Tras semanas de control, comenzó a experimentar un aumento de casos debido al avance del virus en la población más vulnerable. Entonces se determinó el confinamiento general hasta el 7 de abril, medida que ya fue extendida.
Ambos países comenzaron a relajar sus medidas de distanciamiento social tras pasar el peak de contagios, a mediados de marzo, lo que recrudeció su realidad en abril. En China, en tanto, el panorama comienza a parecerse: el epicentro Hubei comenzó a desbloquearse de forma gradual a fines de marzo, retomando las clases hace una semana. Este lunes, se contabilizaban seis nuevos en Wuhan casos después de un mes sin contagios locales.
El panorama en Chile
En Chile, el peak de contagios todavía no ha pasado, por lo que distan meses para enfrentar los escenarios que hoy atraviesan Japón, Singapur, China o Corea del Sur, que presenta un cuadro similar. Acá, las autoridades todavía tienen en ejecución estrictas medidas de aislamiento, como cuarentenas totales en gran parte de la Región Metropolitana y toque de queda en todo el territorio nacional.
Con respecto al apego de la ciudadanía a estas normas, las cifras muestran que sí existe un porcentaje de habitantes que no las siguen, aunque no es la mayoría. Este lunes, Carabineros reportó que 393 personas fueron conducidas a recintos policiales por infringir el toque de queda durante la última noche, lo que sin embargo representa una disminución de un 10% con respecto a lo que se venía registrando.
En tanto, hasta el 22 de abril se había sumariado a 148 personas por no usar mascarilla en la Región Metropolitana, de un total de 6.402 fiscalizaciones, correspondientes a un 2,3% del total de personas controladas. "La verdad es que la gente ha respondido muy bien al uso de la mascarilla. Ya no se ve gente sin mascarilla, la verdad, es bien transversal la disposición a usarla", dijo entonces el intendente Felipe Guevara.
