Hacía parar a un colectivo, luego se sentaba en el asiento del copiloto o uno de los traseros para amenazar con un cuchillo, un fierro, y hasta un arma de fuego al conductor. Un par de veces lo hizo solo, y otras acompañado.
Así operó en siete oportunidades C.A.L.V., hoy de 39 años, y quien fue sentenciado a 10 años de cárcel por los robos ocurridos entre julio y septiembre de 2018 en la comuna de Maipú, y producto de los cuales se llevó los autos, dinero, celulares y otros artículos.
"Durante fines del año 2018 nos dimos cuenta de la reiteración en casos que daban cuenta del robo con intimidación a choferes de colectivo a la comuna de Maipú, repitiéndose un mismo modus operandi".
Fiscal Lorena Soto.
La investigación la llevó a cabo la Fiscalía de Focos y Análisis Criminal Occidente y tras casi dos años de los hechos, el 9° Juzgado de Garantía lo sentenció a 10 años de presidio por la reiterada comisión del delito de robo con intimidación.
"Durante fines del año 2018 nos dimos cuenta de la reiteración en casos que daban cuenta del robo con intimidación a choferes de colectivo a la comuna de Maipú, repitiéndose un mismo modus operandi", explicó la persecutora Lorena Soto.
Ante ello, agregó, se levantaron los casos similares e investigó de manera conjunta, lo que permitió ubicar a los afectados, parte de los cuales quedaron con lesiones, y encontrar al responsable.
"Eso permitió con las diligencias instruidas por el Ministerio Público y la colaboración de las víctimas la identificación del imputado, quien fue formalizado ante el tribunal (y quedó) sujeto a la medida cautelar de prisión preventiva, y ahora condenado", agregó Soto.
El hombre, sin embargo, cuenta con un importante historial. De acuerdo al Ministerio Público, cuenta además con dos condenas con robo con intimidación y una con violencia.
Así también, tiene otras 20 causas, algunas pendientes y la mayoría por robos con intimidación, aunque también varias por lesiones, donde se cuenta la agresión a un gendarme mientras se encontraba en prisión preventiva por el caso de los colectiveros.
El tribunal, en tanto, dispuso "por motivos de seguridad" su traslado hasta el Centro Penitenciario de Arica, ciudad donde tiene familiares, para cumplir la última condena. Ello, ya que en la cárcel de Santiago 1, donde se mantenía recluido, había sido amenazado de muerte por otros internos, quienes además lo habían lesionado.