Menos de una semana ha transcurrido desde que detectives de la Brigada de Homicidios (BH) de Valparaíso de la PDI encontraron los restos de Ámbar Conejo (16) en la propiedad de Hugo Bustamante (55), único formalizado hasta el momento por el caso.
Los hallazgos realizados desde ese entonces ya permiten al jefe de la brigada, subprefecto Erick Martínez, hacer una conclusión a título personal: se trata de uno de los hechos más fuerte que le ha tocado indagar.
"Nosotros, a parte de ser detectives también somos padres de familia, y obviamente esto nos llega. Es uno de los hechos más crudos que me ha tocado ver en los más de 20 años que llevo trabajando en Homicidios", señaló el detective a Emol.
Y añadió: "Creo que somos, y recojo las palabras de otros detectives, somos muy pocos los investigadores que hemos tenido la posibilidad de enfrentarnos a un hecho de esta crudeza. Lo recojo como una experiencia que nos va a permitir a futuro ir elaborando e ir mejorando las técnicas de investigación para siempre poder dar respuesta oportuna a la ciudadanía".
Ámbar fue vista por última vez por su tutora la mañana del 29 de julio, cuando dejó el domicilio que compartían en calle Covadonga, Villa Alemana, para ir a la casa de su madre a buscar el dinero que mensualmente enviaba desde Antofagasta su padre y la cual estaba ubicada a no más de 550 metros de distancia.
Si bien aún hay dinámicas y hechos por determinar, lo indagado por la PDI y fiscalía de Valparaíso indica que en dicho lugar Bustamante violó, golpeó y mató a la adolescente. Cercenó su cuerpo, el cual ocultó en tres coolers que más tarde fueron enterrados en bajo el living de la propiedad.
16Años tenía Ámbar al momento de su muerte.
Las diligencias determinaron también el crimen fue premeditado. Según detalló la persecutora regional Claudia Perivancich en la audiencia de formalización, Bustamante se abasteció de madera para ocultar el cuerpo y buscó en internet entre el 20 y 28 de julio objetos y actividades que estarían vinculadas, como la compra de armas, drogas y moledora de carnes, además de técnicas de tortura.
Por qué no se encontró antes el cuerpo
Una de las interrogantes que han surgido es por qué los perros de la PDI no detectaron el cuerpo de Ámbar durante el primer ingreso que se hizo al inmueble de Bustamante.
Para abordar aquello, el subprefecto partió explicando que las primeras diligencias se enmarcaron en un caso de presunta de desgracia, que implican analizar las circunstancias de la desaparición, horario, contactar a personas del círculo cercano, y las cuales recayeron en la Brigada de Investigación Criminal (Bicrim) de Villa Alemana. Ya cuando lo indagado empezó a alertar de la posible ocurrencia de un delito, se incorporaron cerca de 12 detectives de la BH.
"Creo que somos, y recojo las palabras de otros detectives, somos muy pocos los investigadores que hemos tenido la posibilidad de enfrentarnos a un hecho de esta crudeza".
Subprefecto Erick Martínez.
"(La desaparición) ocurre el día 29 de julio y nosotros nos unimos el 4 de agosto. En ese minuto estaba la investigación a cargo de la Bicrim Villa Alemana y conforme se realizaron las primeras diligencias y al establecer que el hecho tenía ribetes que pudiesen desencadenar algún hecho de mayor relevancia, el mando institucional dispuso que la BH se hiciera cargo de las diligencias relativas a la desaparición de Ámbar", detalló.
Los datos que levantaron las sospechas fueron los antecedentes de Bustamante, quien previamente había sido condenado a 27 años de cárcel por el homicidio de su entonces pareja y el hijo de esta; y el hecho que el hombre y la madre de Ámbar, D.L., dejaran el domicilio tras la desaparición.
"Tenemos los antecedentes, hora que sale de su casa, que llega al domicilio de la madre y posterior a eso no se ve. Y tomando conocimiento que la persona que habitaba esa casa era don Hugo Bustamante, con una condena anterior por homicidio, es que investigadores de la Bicrim deciden traer un equipo de ejemplares caninos buscadores de cadáveres a fin de efectuar un rastreo en la casa", manifestó.
Y acotó: "Uno tiene entender que los perros detectores de cadáveres trabajan preferentemente con hedores y gases producidos por los procesos de descomposición o putrefacción".
Sin embargo, esto último se vio impedido al momento de la inspección del 1 de agosto ya que se desplegaron distintas técnicas de ocultamiento que quedaron en evidencia cinco días después cuando se halló el cuerpo a raíz de la declaración de la madre.
"El cuerpo está contenido en coolers cerrados herméticamente y que están forrados incluso con plástico alusa a una profundidad superior a los 60 centímetros y vueltos con tapa hacia abajo, lo que genera imposibilidad que emanen olores. Eso está cubierto con tierra y está posteriormente el piso de madera sobre esto. Y a parte de eso, el sujeto procedió a encerar completamente el piso con sachets de cera que son emparafinados a objeto de ocultar el cambio de las tablas y los olores que pudiesen producirse", cerró el subprefecto.
