EMOLTV

¿Y ahora qué? Proyecciones y efectos del nuevo mapa político que se abre con las primarias regionales

Tras una polémica inscripción de listas para definir los candidatos que competirán en abril, la derecha queda con una aparente imagen de unidad. Dentro de la oposición, el FA aparece como una fuerza más interesada en fortalecer su identidad que en derrotar a Chile Vamos.

01 de Octubre de 2020 | 17:16 | Por Consuelo Ferrer, Emol
imagen

Los dirigentes del FA, la ex Nueva Mayoría y Chile Vamos inscribieron sus primarias ayer.

Emol
Al terminar el último día de septiembre en el Servicio Electoral, una sola cosa era clara: Chile Vamos, el Frente Amplio y un nuevo bloque llamado "Unidad Constituyente" inscribieron, cada uno por sí solo y en ese orden, primarias para las elecciones que se celebrarán en abril de 2021. Todos medirán candidatos a gobernadores regionales y la derecha, además, presentó alternativas para alcaldes en 30 comunas.

Lo que pasó antes de esa inscripción es, de cierta forma, una nebulosa.

Acusaciones cruzadas de abandono de negociaciones, de peticiones de blindaje o cupos asegurados y denuncias de falta de competitividad real se tomaron las redes sociales de los propios militantes y dirigentes de la oposición, y al final de la jornada lo concreto era que las negociaciones para una lista única desde la centroizquierda habían fracasado.

"Desde el punto de vista de la imagen de ambos sectores políticos, el mensaje hoy día es que la derecha se organizó mejor y logró ponerse de acuerdo, y que la centroizquierda no, pero yo creo que hay que esperar. Todavía no está claro qué pasó y, al final, estas cosas se miden en la medida en que den resultados electorales", resume la académica del Instituto de Asuntos Públicos de la U. de Chile, Mireya Dávila.

Lo mismo puede comentar, en términos generales, la académica de la U. Diego Portales, Carolina Garrido. "Más allá de quién tuvo la culpa y de los dimes y diretes, ayer se mandó una señal que es bien clara: la derecha va relativamente unida y las oposiciones no son capaces de ponerse de acuerdo. Esa es la señal política más relevante y es lo que va a quedar en la retina de la élite de la ciudadanía", comenta.

En paralelo al fracaso de una única primara de oposición, lo que surgió fue un nuevo pacto, que incluye a los partidos de Convergencia Progresista (PS, PPD y PR), a la DC, el PRO y Ciudadanos. "Es un guiño a la socialdemocracia", explicó por su parte el doctor en Ciencia Política Kenneth Bunker a 24 Horas. "Esa coalición va a ser muy importante, porque hoy lo que la gente está buscando son acuerdos, pero hay muchos egos y personalidades políticas que van a querer surgir", advirtió. Entre ellos se cuentan, además de los presidentes de partido como Heraldo Muñoz y Álvaro Elizalde, a figuras como Marco Enríquez-Ominami y Andrés Velasco.

El oficialismo


"Hoy la derecha se ve mejor que lo que se ve la centroizquierda, pero la disputa mayor era por la municipalidad de Vitacura", apunta Dávila. "O sea, estamos hablando de una municipalidad que es súper rica y que tampoco representa toda la realidad chilena, entonces tampoco es tan así. Yo creo que la pelea va a venir después, con el tema presidencial", opina. Además el pacto no considera al Partido Republicano de José Antonio Kast, que puede morderle votos a Chile Vamos.

"Por lo que estamos viendo, la derecha está tratando de heredar el gobierno a su sector, lo cual sería inédito desde el 90, y encima después del estallido social", agrega. Para Bunker, el escenario es, en cierta medida, un "sinsentido". "Hoy la oposición está en una muy buena posición, sobre todo con el proceso constitucional. La gente los siente como que están a su lado, después de haber canalizado y decodificado las demandas sociales", dice. "Si el objetivo de la oposición es sacar a la derecha del poder, necesariamente se tienen que unir".

"Lo que estamos viendo es a tres partidos de derecha, que son miembros de un conglomerado que ya existe y que ya es gobierno, que pacta en comunas muy seguras para ellos, que son Vitacura y Lo Barnechea. No es que se hayan puesto realmente de acuerdo"

Carolina Garrido
Para Garrido, en tanto, hay un escenario comunicacional que favoreció a la derecha, porque se tendió a equiparar dos negociaciones que eran esencialmente distintas. "Lo que estamos viendo es a tres partidos de derecha, que son miembros de un conglomerado que ya existe y que ya es gobierno, que pacta en comunas muy seguras para ellos, que son Vitacura y Lo Barnechea. No es que se hayan puesto realmente de acuerdo", expone.

"La oposición estaba en una discusión política mucho más relevante que la que estaba teniendo la derecha, que implicaba primarias en todas las regiones y discutir si era además posible en las municipales, pero entre al menos tres coaliciones políticas distintas. Si bien Chile Vamos tiene complicaciones internas, siguen siendo una coalición política. Claramente la discusión y la deliberación era completamente distinta, de otro calibre", añade.

Por las características de esa reunión, explica la académica, era una posibilidad difícil. "Hay un tema de confianza, de historia política, un tema generacional y de formas distintas de hacer política. El desafío, entonces, era mucho más difícil y complejo", asegura. Por eso, adelanta la académica, el escenario que quedó en la oposición es delicado.

La "nueva Concertación"


"No hay muchos incentivos para una coalición de centroizquierda, y lo de ayer fue una expresión de eso, porque hay proyectos muy distintos", dice Dávila. "Salvo en los temas de Derechos Humanos y del pasado con respecto a la dictadura, la retórica del Frente Amplio es que no hay ningún acuerdo con la Concertación".
"Una coalición es, por definición, un acuerdo político de coordinación para poder ganar el poder o administrar política pública, y eso es porque no tienes mayoría tú solo. Tiene que hacerse sobre mínimos comunes, pero también sobre la base de que van a haber puntos en los que no van a estar de acuerdo. La pregunta es, entonces, cuáles son esos mínimos. Quizás son cosas tan diferenciadoras que no va a ser posible", plantea.

"En el caso de la Concertación, la goma de pegar era la dictadura. La pregunta es si en sistemas multipartidistas como el chileno y en condiciones de normalidad democrática se pueden generar coaliciones así. Esa es la gran pregunta, y por lo que estamos viendo, no. La Concertación, desde ese punto de vista, quizás fue una excepción en la historia política chilena"

Mireya Dávila
"En el caso de la Concertación se pudo porque, en el fondo, la goma de pegar era la dictadura. Era tanto el susto y era otro el contexto. La pregunta es si en sistemas multipartidistas como el chileno y en condiciones de normalidad democrática se pueden generar coaliciones así. Esa es la gran pregunta, y por lo que estamos viendo, no. La Concertación, desde ese punto de vista, quizás fue una excepción en la historia política chilena", añade.

Para Garrido, en tanto, es "inevitable" pensar que el nuevo pacto es una especie de "nueva Concertación". "No solamente por los partidos que hacen pacto, sino por las candidaturas que finalmente se inscribieron. Son ex intendentes, ex gobernadores, ex ministros... no es gente joven. Creo que, por esa combinación de cosas, es inevitable pensar que se trata de eso", opina.

A su juicio, eso tendrá un impacto en la ciudadanía. "Hay algunos partidos políticos que no se han dado cuenta de que Chile cambió, aunque suene cliché, y hay una crítica bien relevante a la legitimidad que tienen para representar a las personas. Lo que tendrían que hacer es ofrecer a la ciudadanía no solamente ideas nuevas, sino también caras nuevas que las reflejen. Creo que los partidos están al debe y tengo la impresión, considerando la crítica que hoy día existe, de que eso les puede pasar la cuenta", dice.

El Frente Amplio


Dentro del FA también se evidenciaron diferencias: voces de Revolución Democrática, como Natalia Castillo y Pablo Vidal, defendían la idea de ir a primarias, mientras otras señalaron que pactar con la ex Nueva Mayoría era un imposible por tratarse de una coalición neoliberal. "Hay un sector que no quiere estar con ellos, y ahí hay un desacuerdo más profundo", dice Dávila. "Ellos apuestan a un proyecto más de largo plazo, y lo complejo de eso es que, mientras tanto, gana la derecha. Pareciera que el FA conoce algo que nosotros no sabemos, que apuestan por que algún día van a ser mayoría", dice.

"El FA rechaza toda esta cosa de la transacción y señalan que la desigualdad social sigue existiendo, y es cierto, pero tampoco están mirando otra parte de la historia y eso no ayuda a construir un proyecto político de centroizquierda que dé gobernabilidad. En ese sentido, la derecha es mucho más hábil para aceptar la convivencia. La centroizquierda ha hecho más mea culpas por los últimos 30 años que la derecha por la dictadura", agrega.

"El Frente Amplio, cuando nace, viene a reemplazar lo que ya existe, porque no les gusta, entonces su ascenso al poder necesariamente tiene que ser por vía propia. Ellos no pueden participar en este tipo de negociación, o si no nunca van a reemplazar lo que ya existe"

Kenneth Bunker
Para Bunker el diagnóstico es similar. "Están vislumbrando un camino propio para acceder al poder. El FA, cuando nace, viene a reemplazar lo que ya existe, porque no les gusta, entonces su ascenso al poder necesariamente tiene que ser por vía propia. Ellos no pueden participar en este tipo de negociación, o si no nunca van a reemplazar lo que ya existe", plantea. "Parte de sus directivas piensan que si eventualmente quieren llegar a gobernar, tienen que hacerlo por vía propia. Si están negociando todo el rato, simplemente van a potenciar a los partidos políticos que son un poco más grandes".

"Dado el malentendido, yo creo que el FA puede ser la coalición que salga más perjudicada de esto", opina Garrido. "Uno entiende que el FA quiera ocupar el espacio de la ex Nueva Mayoría en la centroizquierda y por lo tanto quiera reemplazarla, la pregunta es si este es el momento de hacerlo, considerando el momento histórico que estamos viviendo. Sabemos que la división de la izquierda, con una derecha unida, lo que va a provocar finalmente es que fracase la oposición", apunta.

"Ahí uno tiene que poner todos los objetivos en una balanza. Si bien la identidad me parece importante, creo que hubiera sido una muy buena señal que se lograra esta primaria. Efectivamente la gente quiere transformaciones sociales, una nueva Constitución, quiere lograr eso, y para eso necesitan unidad, votos, gobernadores regionales y sobre todo gente en la convención constitucional. Necesitan dos tercios. Me da la impresión de que ahí el FA puede haber cometido algunos errores al no poner en la balanza cuál es el momento histórico que estamos viviendo", concluye.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?