El próximo viernes se votará la acusación en la comisión, por lo que se revisaría en la Sala el martes 13.
Andrés Pérez, El Mercurio
Una presentación que se extendió por cerca de dos horas, considerando las preguntas de los diputados, fue la que realizó este viernes el ex ministro de Salud,
Jaime Mañalich, al encargarse personalmente de su defensa.
El ex secretario de Estado optó por esta vía en la comisión de la Cámara encargada de revisa el mérito del libelo, pese a tener la posibilidad de enviar un documento escrito o dejar que sus abogados
Dafne Guerra y Jaime Winter (del estudio de Gabriel Zaliasnik) se encargaran de representarlo.
En su intervención, que se hizo por vía telemática, el ministro reconoció errores, pero aseguró que también se encargó de corregirlos. También aludió a su carácter, que podría haber "colaborado en crispar los ánimos".
Descartó ocultamiento de cifras y resaltó que todas las medidas se fueron tomando a medida que más se conocía del coronavirus, comparándose con la gestión que han realizado otros países.Mañalich recordó que previo a la pandemia
"veníamos de toda la desconfianza a las políticas del Estado, originadas el 18 de octubre".
"Evidentemente los ánimos se calientan, y como yo en realidad soy bastante directo para decir las cosas, lamento si en algún momento contribuí a crispar el ambiente por la evidencia de que había que apurar el tranco y resultaba tan difícil lograr avances que realmente protegieran a la población", agregó.
El ex ministro basó su presentación en resaltar que hasta el día de hoy no existe un conocimiento acabado del coronavirus y eso lo demostró haciendo una amplia presentación con los antecedentes científicos que se tienen del SARS- Cov-2.
También recordó que las sugerencias y consejos de organismos internacionales fueron variando con el tiempo, particularmente basándose en las determinaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto lo ejemplificó mostrando circulares de la institución en donde no se sugería en un principio el cierre de las fronteras, o tampoco el uso de mascarillas ni realizar cuarentenas.
Así, insistió en que algunas de estas medidas fueron tomadas en Chile, bajo su gestión, con anterioridad incluso a lo recomendado, reconociendo que eso causó dudas en la opinión pública.
En la misma línea hizo un recuento de los logros administrativos que encabezó. Como el adelanto en la apertura de cinco hospitales y la importación de ventiladores mecánicos e insumos para enfrentar la pandemia.
Uno de los puntos en los que más se extendió, dado que se le acusa de haber ocultado las cifras de la pandemia en Chile, fue sobre cómo se hizo la organización de los datos para publicarlos.
Mañalich reconoció falencias del
programa EpiVigila debido a que dependerían de que los profesionales de la salud ingresaran la información de los pacientes, pero que debido a la alta demanda hospitalaria, ellos no alcanzaban a hacerlo oportunamente.
Tras hacer una auditoría que él encargó a Contraloría "se confirmaron estas deficiencias" -señaló- y se logró que los laboratorios ingresaran los datos de los pacientes, lo que derivó a que a fines de abril aparecieran 250 personas como casos activos asintomáticas.
El ex ministro de Salud fue enfático en señalar que nadie intentó ocultar datos, sino que, a medida que avanzaba la pandemia se fueron ajustando la forma de medir distintos ítems, escuchando a los diversos expertos y actores, como fue el caso de la reunión con Eduardo Engel de Espacio Público y donde se decidió considerar sus aprehensiones.
