Este jueves, media hora antes de que comience la proyección de "Viejos de Mierda" en el autocine que la Municipalidad de Las Condes abrirá en el Parque Padre Hurtado, un grupo de vecinos de La Reina se instalarán en la entrada del recinto con pancartas para protestar por el funcionamiento de la iniciativa. "Lo que va a haber es una manifestación ciudadana de oposición", explica el presidente de la Coordinadora Vecinal de La Reina, Cristián del Canto.
Y es que los vecinos de la zona no están conformes con los planes del alcalde Joaquín Lavín para el parque y, aseguran, serán ellos quienes paguen las "externalidades negativas" del proyecto. El jefe comunal ha intentado aplacar las aprensiones, asegurando que el lugar donde está ubicado el autocine está diseñado para realizar eventos y que no se generarán ruidos que puedan molestar, pero no ha sido suficiente. "Es una actividad de carácter contaminante, no solo por la cantidad de automóviles que se va a instalar ahí, sino también por la compactación que pueden generar en el suelo. Eso va a significar que toda la zona que hoy día se está usando de autocine, después, cuando se riegue, el agua no va a infiltrar, y por lo tanto no van a crecer especies ahí", asegura Del Canto.
Pero al margen de la preocupación medioambiental, los vecinos están molestos por un motivo anterior: "Está completamente fuera de todos los acuerdos que hemos venido conversando en los últimos dos años", dice Del Canto. Los conflictos en el parque, comenta, comenzaron hace varios años, cuando el municipio quiso instalar en el lugar un centro de eventos. "Se logró detener ese proyecto, y luego, en 2018, el alcalde Lavín intentó poner una laguna artificial. Se llegó a una consulta ciudadana, donde se le ganó a la idea con un 73% de los votos y el alcalde se comprometió a gastar $3.200 millones en mejoras al parque", cuenta.
Desde entonces se instalaron mesas de trabajo que definieron que el concepto fundamental del proyecto de renovación era "la recuperación del carácter rústico natural del parque". "Se eligieron una serie de proyectos: la recuperación de la zona de la quebrada, un humedal, plantación de árboles, consolidación de especies, todos proyectos tendientes a disminuir el uso intensivo antiecológico del parque y a aumentar sus características rústico-naturales. Nosotros nos quedamos ahí", dice.
Los proyectos, cuenta ahora, han ido avanzando. "Todos apuntan a la protección medioambiental del parque y, por lo tanto, a la disminución del acceso exagerado de automóviles", señala. "Pero de un momento a otro y a través de la prensa nos enteramos de que se hace este autocine en una explanada de pasto que tiene el parque, donde está el anfiteatro. Nos llama la atención que después de la tremenda lección que fue la consulta, cuando Lavín entendió que la comunidad no quería que el parque fuera mercantilizado se instale una actividad así".
"Entre los vecinos la primera sensación es que nosotros teníamos un acuerdo. Hemos conversado, hemos hecho las cosas lo mejor posible, formamos una mesa de trabajo y definimos los proyectos. ¿Por qué se hace esto que va en contra de todo el espíritu de lo conversado?"
Cristián del Canto
En el autocine, cuyas entradas están a la venta a través de Ticketplus y de la página web del Teatro Municipal de Las Condes, se exhibirán películas como "Grease", "Volver al Futuro", "La Naranja Mecánica" y "E.T.". La entrada cuesta $20 mil más el costo por servicio por vehículo, con un descuento para los residentes de Las Condes que cuenten con su Tarjeta Vecino.
Esos detalles le molestan a Del Canto. "No solo es una actividad mercantilizada, sino que es carísima y va en contra de toda la lógica de generar un parque de integración, como el alcalde Lavín lo planteó. Es una actividad de élite, sumamente restrictiva, que nosotros calculamos que puede generar 80 millones de pesos mensuales. Es tremendamente lucrativa, por lo tanto también nos preguntamos si existen los permisos y las patentes adecuadas para eso", dice.
"Entre los vecinos la primera sensación es que nosotros teníamos un acuerdo. Hemos conversado, hemos hecho las cosas lo mejor posible, formamos una mesa de trabajo y definimos los proyectos. ¿Por qué se hace esto que va en contra de todo el espíritu de lo conversado?", dice. "Lo siguiente es que no entendemos cómo se les ocurre hacer una actividad de este tipo en un parque, que es un remanso natural y un testimonio de los corredores biológicos que existían en toda la precordillera santiaguina. Tenemos que conservar, preservar y mantener este lugar, que además recibe a muchas personas los fines de semana".
Su postura, asegura Del Canto, es amplia entre los vecinos y la ciudadanía en general. Actualmente las organizaciones sociales se encuentran reuniendo firmas para oponerse al proyecto a través de una petición en Change.org. En los primeros tres días, ya han reunido más de siete mil rúbricas de respaldo.
