SANTIAGO.- Gran expectación se generó el lunes recién pasado por el anuncio que harían las autoridades sobre un eventual cambio de fase en la Región Metropolitana, previo a las fiestas de fin de año. La posibilidad de viajar o pasar Navidad y Año Nuevo con la familia estaba en juego, por lo que la decisión que se comunicó de mantener a la región en la fase 2 del "Plan paso a paso" decepcionó a muchos.
Tras esto, la atención se traslada entonces al 4 de enero, cuando se informe si la RM se mantendrá en Transición o si habrá avance o retroceso. Lo que está en vilo ahora son las ansiadas vacaciones de verano.
4 de enerose sabrá si la RM sigue o no en fase 2, marcando el pulso del verano
"Nosotros esperamos que si las personas nos responden tomando las medidas de autocuidado que corresponde, si vemos una evolución positiva del número de casos, que la tendencia empieza a disminuir, obviamente, a las personas (se les) va a permitir viajar a distintas regiones, a distintos lugares, porque sabemos que es lo que quieren todos"
Paula Daza, subsecretaria Salud Pública
¿Hay posibilidades reales de poder "veranear", pese a la pandemia?, ¿Es mejor no hacerse expectativas? La subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, comentó esta semana que "nosotros esperamos que si las personas nos responden tomando las medidas de autocuidado que corresponde, si vemos una evolución positiva del número de casos, que la tendencia empieza a disminuir, obviamente, a las personas (se les) va a permitir viajar a distintas regiones, a distintos lugares, porque sabemos que es lo que quieren todos".
"Esta pandemia ha tenido un impacto en la salud mental, y salir, airearse, obviamente es un factor positivo que tenemos que esperar que pueda ocurrir en los próximos meses", señaló la autoridad, en TVN.
Sin embargo, la ex subsecretaria de Salud, Jeanette Vega, ve poco probable que en las próximas semanas se pueda revertir la tendencia al alza de los contagios si no se toman medidas más restrictivas. "Yo hubiera esperado medidas un poquito más fuertes, una fase 2 original, sin apertura de restaurantes, sin apertura de espacios púbicos", señaló Vega a radio Cooperativa.
Sostuvo que "el problema es que viene un aumento importante de casos y en eso quiero ser súper clara y categórica, viene un aumento de casos; y, por lo tanto, la situación está un poco complicada". Afirmó que "ése es un hecho, a menos que ocurrieran cosas tales como que se hiciera una cuarentena total corta para bajar brutalmente la circulación del virus". "Pero como vemos la situación actual, el modelamiento es que, de no cambiar la movilidad actual, alrededor de la segunda semana de enero ya podríamos tener alrededor de 3 mil casos diarios", advirtió.
"Prudencia" en las fiestas para mantener los contagios a raya
Una visión menos pesimista tiene la Dra. Marisa Torres, epidemióloga del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina UC, quien subraya que "lo que viene en el verano está en nuestras manos, somos nosotros los responsables, la sociedad en general, de lo que va a pasar".
En ese sentido, señala a Emol que "si en este momento, en que tenemos un piso de dos mil casos diarios, nos relajamos, vamos a tener un escenario muy peligroso; porque esto es como una bola de nieve, cada caso puede generar su propio brote". Proyecta que "si la comunidad se relaja mucho" en las fiestas de fin de año, "podemos tener complicaciones la primera quincena de enero".
"Entonces la responsabilidad está en nosotros, si todos mantenemos ciertas precauciones y esto no se desborda, va a poder mantenerse tranquilo hasta que empecemos a vacunar a nuestros grupos de riesgo. Ayudemos a que esto no se nos vaya de las manos; todavía podemos entre todos construir un escenario mucho más positivo", enfatiza.
"Quiero ser súper clara y categórica, viene un aumento de casos (...) Ése es un hecho, a menos quese hiciera una cuarentena total corta para bajar brutalmente la circulación del virus. Pero como vemos la situación actual, el modelamiento es que, de no cambiar la movilidad actual, alrededor de la segunda semana de enero ya podríamos tener alrededor de 3 mil casos diarios"
Jeanette Vega, ex subsecretaria de Salud
Por eso, recomienda que para Navidad y Año Nuevo, independiente de los aforos permitidos por la autoridad, "cada familia trate de ser lo más conservadora posible; no tenemos que llegar a los 20 invitados, ojalá sean 5 ó 6, nuestra familia habitual, posterguemos la fiesta más grande para el otro año". "Si en las fiestas somos conservadores, prudentes y mantenemos estos niveles de 1.500 (casos diarios) o menos –ojalá bajáramos más todavía–, yo pienso que algunas familias podrían planificar algo (para las vacaciones)", señala.
De todas formas, cree que el 4 de enero "lo que el Gobierno va a poder evaluar va a ser el comportamiento en las fiestas, algo un poco subjetivo, pero la verdadera evaluación de las fiestas se va a ver 15 días después del Año Nuevo, a mediados de enero; ahí vamos a ver el impacto real del comportamiento".
En caso de que las medidas sanitarias permitan poder trasladarse para vacacionar en otras zonas del país, la epidemióloga subraya que esto debiera ser algo "acotado, controlado y con los debidos resguardos, considerando los factores de riesgo, viendo las fortalezas y debilidades del ambiente donde van a ir a veranear, y ojalá con el núcleo más cercano".
"No tenemos que demonizar al que sale a veranear, no se trata de eso; se trata de que las personas, con responsabilidad, evalúen si tienen la posibilidad real de salir y exponerse a bajos riesgos, si son todos corresponsables, si se comprometen a seguir las medidas y llevar todos los insumos necesarios, bien. Si no, que posterguen el viaje", señala.
Tomarse vacaciones igual y "vivir lo más al día posible"
El Dr. Miguel Prieto, jefe de Salud Mental de la Clínica U. de los Andes, advierte de la ansiedad que puede provocar en las personas la incertidumbre por los anuncios para las fiestas de fin de año, y que ahora se repetiría para el 4 de enero.
"Que los planes cambien puede producir ansiedad; porque la gente ya viene bien al límite, con todo lo que ha sido este año, con una carga emocional bien importante por la pandemia y las cuarentenas, y por todos los otros problemas asociados, como los problemas económicos, entonces esto es otro ingrediente más", comenta a Emol. Menciona que pasar el Año Nuevo en cuarentena tiene un "significado simbólico" para la gente, que "esperaba que se acabe este año difícil y el 2021 empiece mejor; pero seguimos prácticamente igual, no va a empezar con el pie derecho, va a comenzar de una manera más compleja".
"Es mejor no hacer (las autoridades) pronósticos en el mediano plazo, y tal vez ir semana a semana (...) y en el caso de las personas, recibir estas noticias y vivir lo más al día posible, porque así están las cosas; en las circunstancias en las que estamos, no sacamos mucho con planificar, lo que más ayuda es vivir el día y no estar planificando mucho"
Dr. Miguel Prieto, psiquiatra Clínica U. de los Andes
Hace ver que luego de las fiestas, la esperanza de las personas está puesta en la posibilidad de vacacionar. "Como la gente viene bien al límite en términos de la energía que les queda disponible, muchos tienen la esperanza de las vacaciones como un momento para poder desahogar toda esta tensión acumulada todos estos meses; pero si es que ahora las vacaciones no van a poder ser con salida fuera de Santiago o a otros lugares, por supuesto que introduce una cuota adicional, la gente sentiría que no va a poder descansar", señala.
Advierte que esto incluso podría generar "rabia" y "frustración" y llevar a que "la gente no esté dispuesta a seguir las reglas, que es algo que se ha visto en otros países, en que la gente ha salido incluso a protestar cuando ha habido reconfinamientos".
En este escenario, el psiquiatra dice que es preferible que las autoridades no generen expectativas, que no sepan que se podrán cumplir, "porque eso es peor". "Si tuviera que cargarme para un lado, es mejor no hacer (las autoridades) pronósticos en el mediano plazo, y tal vez ir semana a semana; por lo menos ya sabemos lo que va a suceder de aquí al 4 de enero, por lo menos hay alguna certeza de que vamos a seguir igual", señala.
En el caso de las personas, les sugiere "recibir estas noticias y vivir lo más al día posible, porque así están las cosas". "En las circunstancias en las que estamos, no sacamos mucho con planificar, lo que más ayuda es vivir el día y no estar planificando mucho", afirma. Agrega que si de todas formas van a planificar, "que sea muy a corto plazo y tener más o menos los escenarios previstos de qué haría si pasa A y qué haría si pasa B".
Y si finalmente no se pueda veranear en otro lugar por las medidas sanitarias, sugiere tomarse igual las vacaciones del trabajo, quizás reducirlas, pero no cancelarlas ni postergarlas, "porque la gente igual necesita descansar, por las particularidades que ha tenido este año". "Tal vez no van a ser unas vacaciones de la calidad de si uno saliera a otro lado, pero igual es importante desconectarse, tener ratos libres para hacer otras cosas y descansar", indica.
Recomienda "tratar de ser lo más creativos posibles" y tratar de salir de la casa, haciendo actividades al aire libre, subiendo el cerro o yendo a parques dentro de la ciudad. Hace ver que, como durante este tiempo mucha gente ha estado con teletrabajo, ahora "estar en la casa tiene muchos símbolos asociados a deberes, a trabajo, a las clases online; ahora está todo mezclado en el mismo lugar, eso es lo complejo, muchas veces las personas han tenido que ponerse a trabajar hasta en su dormitorio, entonces es difícil poder separar las cosas".
