En la segunda vuelta de la elección presidencial de 2017, Sebastián Piñera sacó un 43,68% de los votos y perdió el balotaje. Esa fue la realidad, anómala, que registró la Región de Magallanes, donde el contrincante Alejandro Guillier sacó 56,32% de las preferencias, casi once puntos más que el promedio nacional.
"Fue por la crisis del gas en su primer gobierno y también porque no hizo campaña", recuerda el sociólogo y académico de la U. de Magallanes,
Mario Sillard. "Da la sensación de que Magallanes es un territorio perdido, que a nadie le importa, que el poder central o la Región Metropolitana ven a Magallanes como una merma, que da un poco lo mismo lo que pase acá, porque hay pocos habitantes. La capacidad de gestión, o la importancia que eso le puede dar al territorio es reducida.
Es como el viejo oeste: que allá pase lo que tenga que pasar", dice.
Con poco más de 166 mil habitantes, el distrito 28 es, en efecto, el segundo más pequeño a nivel nacional después del 27, correspondiente a la vecina Región de Aysén. Y su población, lentamente, se envejece: según datos de la Biblioteca del Congreso Nacional, el índice de adultos mayores en la zona —la relación entre mayores de 65 años versus jóvenes menores de 15— es de 62,66, mientras que a nivel nacional el indicador está en 56,85.
Es una región que no se estudia demasiado en términos políticos: cuesta encontrar analistas que hayan realizado investigaciones específicas del territorio y los resultados que allí se dan no ponderan demasiado a nivel nacional. Coincide, además, con que la participación electoral y la relación con la política no son demasiado fuertes. En las últimas parlamentarias votó un 38,6% del padrón electoral y aunque para el Plebiscito votaron diez mil personas más, el porcentaje solamente subió a 41,3%.
En octubre, el distrito 28 se mostró alineado con el resto del país: el Apruebo obtuvo un 79,6% de los respaldos y la Convención Constitucional un 80,3%. Votaron 66 mil electores, en medio de una cruenta segunda ola del covid-19. El tema sanitario ha sido lo central este año, pero ya se avizoran los primeros movimientos con miras a lo que ocurra en abril, cuando los magallánicos tengan la oportunidad de volver a las urnas a elegir a sus convencionales, entre otros representantes icónicos para sus anhelos.
Magallánicos sin militancia
Las extensas medidas restrictivas que se han aplicado en la zona a partir de marzo merman aún más la confianza en las autoridades, que iba a la baja en la zona desde antes del estallido social. Así, al menos, lo interpretan sus habitantes. "Desde hace varias elecciones, los candidatos adquieren valor en la medida en que sean independientes", explica Sillard.
"En Magallanes hay una noción de aislamiento en general, no solo político, que repercute también en las elecciones. En general, las filiales magallánicas de los grandes partidos políticos tradicionales son pobres y mediocres", cuenta. Coincide que sus tres diputados electos postularon como independientes con cupo en una lista: Gabriel Boric, que lo hizo por la del Partido Humanista y sacó la primera mayoría con 32,8% de los votos; Karim Bianchi, que lo hizo por la del Partido Radical; y Sandra Amar, que lo hizo por la de la UDI.
"Da la sensación de que Magallanes es un territorio perdido, que a nadie le importa, que el poder central o la RM ven a Magallanes como una merma, que da un poco lo mismo lo que pase acá, porque hay pocos habitantes"
Mario Sillard, sociólogo y académico
"Boric fue el último candidato que rompió el binominal", comenta Sillard. "En la ciudadanía, en general, hay desconfianza hacia los partidos políticos. La crisis de legitimidad viene acelerada desde antes del estallido social, aunque con la pandemia se ha puesto mucho peor. Hemos tenido cuatro intendentes en este gobierno", añade.
Por eso, quizás, lo que suena en la zona son candidaturas independientes. Allí se articula la Coordinadora Social de Magallanes, un grupo de organizaciones territoriales que ya realizó procesos democráticos para definir a sus candidatos, donde participaron más de 3 mil personas. Del ejercicio salieron nombres como Elisa Giustinianovich, bioingeniera y dirigente feminista; Inés Vidal, integrante del Consejo de la Sociedad Civil; y el profesor Pablo Cifuentes.
Otra organización sin militancia es Independientes No Neutrales, que busca candidatos para todos los distritos. En el caso de Magallanes, su carta es Javier Solís, abogado y columnista del diario local El Pingüino. También quiere competir el abogado Mauricio Daza, quien iría como independiente con el respaldo del senador Carlos Bianchi. Lo curioso en dicha candidatura es que Daza no nació en Magallanes, una característica que para los electores del distrito suele pesar muchísimo.
Las otras candidaturas
La única parlamentaria elegida como militante es Carolina Goic, y la DC baraja dos nombres por ahora: Manuel Gallardo, líder de la Juventud Demócrata Cristiana, y el cientista político Nelson Leiva. Otros nombres de Unidad Constituyente son Luis Navarro y Mario Pascual por el PS, según recoge la plataforma Tresquintos.
Fuera de estos precandidatos, hay otros dos nombres circulando: José González Calderón y María Luisa Muñoz, ambos con intenciones de ser elegidos dentro del cupo para el pueblo yagán. Y es que al distrito se le sumarán, en la práctica, dos escaños más de los tres correspondientes a la cantidad de población, debido a que dos de los pueblos originarios que tienen un escaño reservado son de Magallanes: además del yagán, habrá uno para los kawésqar. Como la región solo elige 3 representantes, esos cupos fueron otorgados con escaños de otras regiones.
23,3% de la población se declara perteneciente a un pueblo indígena
Según el último Censo, un 23,3% de la población se declara perteneciente a un pueblo indígena, casi el doble del promedio nacional (12,6%), por eso se piensa que los escaños reservados podrían tener una repercusión en la participación electoral, generalmente baja.
A pesar de las cifras electorales en la zona, los habitantes consideran que los datos actuales tienen dos distorsiones: muchos jóvenes que crecieron en Magallanes y se fueron a estudiar a otras regiones no cambiaron su domicilio electoral, y por las características del territorio se les hace difícil volver solamente para votar. También señalan que muchos de los que llegan temporalmente a hacer el servicio militar quedan inscritos en una zona donde después no viven.
Por eso, se dice, los resultados de abril podrían sorprender: por primera vez una zona con uno de los reclamos regionalistas más fuertes podrá elegir a su gobernador, y además tendrá la opción de seleccionar cinco miembros del órgano constitucional. El nuevo orden los equipara en número al Distrito 15, en la Región de O'Higgins, con 540 mil habitantes, un territorio con tres veces más población que Magallanes. En ninguna otra elección el Distrito 28 había tenido tanto peso como en la que ocurrirá el 11 de abril.