Pablo Zalaquett abre la puerta de su oficina en calle Luis Carrera. Saluda y casi inmediatamente dice que no puede creer todo el escándalo que se ha creado en torno a las reuniones que hizo en su casa. Describe en esta entrevista que ha hecho más de 40 encuentros en su domicilio, de 15 a 20 personas por reunión. Cada una se presenta en "términos personales" y luego habla de su labor. Más tarde se produce un dialogo. "Es un conversatorio. Jamás hubo lobby", repite insistentemente. Y espera que la Contraloría, que ofició a seis carteras por la asistencia de ministros a estas reuniones, le dé la razón cuando emita un pronunciamiento. La polémica se desató luego de que Ciper Chile reveló que se había concretado una cita entre los ministros de Economía, Nicolás Grau, y de Medio Ambiente, Maisa Rojas, con representantes de empresas salmoneras en la casa del exalcalde y hoy dueño de una consultora de comunicación estratégica. Pero más adelante comenzaron a aparecer más reuniones, más ministros, más empresarios. Zalaquett -ingeniero comercial de la U. Católica con un magíster en la U. de Navarra (España), exalcalde de La Florida y de Santiago- dice que reunir a personas de distintos mundos siempre ha sido parte de su vida. Y cree que la mayoría de la gente lo reconoce solo como exalcalde e incluso como uno de los personajes imitados por el comediante Kramer, pero que no conocen muchas de sus facetas.