El concepto sonó en 1990, a raíz de la nueva izquierda que gobernaba Chile post dictadura:
el red set; una forma de definir qué hacen, cómo visten y comportan los miembros de esa generación política. Hoy, la periodista Ximena Torres Cautivo vuelve al ejercicio de perfilar a la élite actual, esta vez, con el rótulo de "
baby red set".
En una reciente columna publicada en El País, Torres Cautivo, hace el ejercicio de buscar una identidad común de la joven élite gobernante, de ese grupo de frenteamplistas que vienen a encarnar una "versión moderna" de la izquierda. El trabajo derivó en la crónica muy comentada y discutida "Baby red set: guía para comprender, criticar o amar a la joven élite gobernante chilena", el que la autora desglosa en entrevista con EmolTV.
"Son como los herederos del 'red set', que en su minuto quisieron matar al padre, en sentido metafórico, renegando del pasado", explica la periodista. No obstante, esta nueva versión, antecedida por la palabra "baby" apunta precisamente a que como definición central, "nacieron en democracia y prosperidad", y que tienen "una actitud bien adolescente".
Esas actitudes son descritas por Torres Cautivo como que "no les gusta la crítica", que "son más bien abajistas" y que evitan que se note que vienen del mundo del privilegio. Por eso, en su época universitaria, el abajismo era parte de la forma de evitar los juicios incómodos. "Hay muchos tropiezos, abrazan cuanta causa se les pasa por delante", añade.
Asimismo, profundizó en los "cambios de discurso" que se han evidenciado por parte del Presidente Gabriel Boric. "El Presidente tiene, por su personalidad, una ingenuidad y una cosa más genuina que se le cree más que al resto, que son más vociferantes", acota.
De todas formas, la también subgerente de comunicaciones del Hogar de Cristo, comenta que "tienen cosas positivas, no quiero parecer como que soy detractora. Tienen cosas muy vinculadas con cosas más profundas. Son poco consumistas, no tienen símbolos de estatus visibles, tienen menos pudor".
Frente al proceso de elaboración de la crónica, la periodista cuenta que de todas las personas que conversó, sólo uno -el periodista Nicolás Copano- accedió a que su nombre fuera publicado en una parte del texto, lo que para ella tiene una explicación. "A todas las fuentes, que son muchísimas, todos tenían terror de que se picaran, que los cancelaran, porque lo que se usa mucho es la cancelación y la funa", comentó.
"Pero a mí me sorprendió, quizás porque está tan advertido que se pican, que no hubieran tantos picados, y que hubiera más bien una reacción positiva al reportaje", comentó la autora.
Revisa la entrevista completa en EmolTV:
