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Estudio revela que casi 50% de zona afectada por megaincendio de Valparaíso tiene riesgo de derrumbe

Además el informe evidenció que la susceptibilidad a remociones en masa o aludes en el área afectada se incrementó efecto del fuego.

10 de Julio de 2024 | 17:38 | Editado por T. Fischer, Emol.
Un preocupante panorama evidenció el estudio realizado por el Centro UC Observatorio de la Costa, Cigiden, Universidad Católica y Universidad Técnica Federico Santa María entre abril y mayo en la zona afectada por el megaincendio de Valparaíso, el que analizó el peligro de derrumbes y detectó que un 45,8% de las laderas quemadas presentan riesgo de remoción en masa y desprendimientos.

Los investigadores recorrieron Villa Independencia, Achupallas, El Olivar y el campamento Manuel Bustos durante cuatro días para monitorear la dinámica de las laderas y establecer cuál es el grado de peligro de derrumbes, además de evaluar los avances y dificultades del proceso de reconstrucción.

Según evidenció la investigación, la susceptibilidad a remociones en masa o derrumbes en el área afectada se incrementó efecto del fuego, pasando de una susceptibilidad media a una susceptibilidad alta tras los siniestros. En específico, los datos indican que el 45,8% de la superficie total presenta predisposición a remociones en masa, las que pueden consistir en deslizamientos, flujos y desprendimientos.

Lo anterior, explica la investigación, "provoca que las laderas y quebradas locales tengan mayor sensibilidad ante alteraciones antrópicas y eventos de lluvias concentradas, como las ocurridas durante el mes de mayo de este año. Se determinó que umbrales de precipitación de 20 milímetros concentrados en 3 horas pueden activar procesos hidrogeomorfológicos, para lo cual se requiere de monitoreo continuo".

Susceptibilidad alta

Jorge León, investigador principal de Cigiden y académico del Departamento de Arquitectura de la Universidad Santa María, es uno de los autores del estudio y explicó a El Mercurio de Valparaíso que "hicimos análisis geológicos en terreno para evaluar el tema de posibles desprendimientos y derrumbes y, en general, en la zona se produce un incremento de un par de cientos de hectáreas en áreas con susceptibilidad alta de derrumbe, porque ya las pendientes son complejas, pero además hay una afectación de la cobertura del suelo por el incendio, que hace que la susceptibilidad frente a derrumbes sea más alta".

León además advirtió que "este tipo de fenómenos, que son condiciones morfológicas derivadas de la condición geográfica, se ven exacerbados si es que hay incendios que remueven la cobertura vegetal, que justamente previene la erosión y es capaz de contener el suelo existente, por lo tanto, es un área que efectivamente está sujeta a ese riesgo".

Este lunes el informe fue puesto a disposición del municipio de Viña del Mar, según contó León. "Lo entregamos a la alcaldesa de Viña y estamos gestionando una nueva reunión para hacerle entrega al gobernador regional. El primer informe que hicimos, que lo entregamos unos días después del incendio de febrero, también se lo entregamos al gobernador, y es la idea nuestra ahora, entregarlo a otras autoridades que sean necesarias a nivel central, por ejemplo, gente del Minvu", dijo el investigador.

Proceso de reconstrucción

La investigación también determinó el grado de avance en el proceso de reconstrucción. Según los nuevos datos, del total de 3.931 edificaciones que resultaron afectadas, según estableció el primer informe, al momento de una nueva investigación a comienzos de abril, se contabilizaban 1.527 viviendas construidas o en proceso de reconstrucción, lo que equivalía a un avance del 38,38%.

De esta manera, León explicó que "si uno considera también las viviendas de emergencia entregadas por Senapred, más o menos el 40% de todas las viviendas destruidas ya estaban reconstruidas, apenas dos meses después de la tragedia, y de ese 40%, hay sólo un 30% que es la vivienda de emergencia que entrega Senapred, y un 70% era básicamente vivienda generada por los mismo pobladores, en algunos casos de alta calidad, o sea, con dos pisos, materiales de buena manufactura".

Vías de evacuación

El estudio también constata algunos cambios que podrían dificultar escenarios futuros donde sea necesario evacuar, como ocurrió en febrero. "Se detectaron modificaciones, como una serie de cambios en la ubicación de las viviendas respecto del lugar en el que se encontraban antes de los incendios, subdivisión de hogares que anteriormente pertenecían a una sola vivienda, viviendas autoconstruidas más grandes, viviendas que se vuelven a construir en zonas de riesgo como pendientes o quebradas", explica el informe.

Frente a esto, León sostuvo que "los resultados arrojan que la conectividad urbana es muy precaria, hay muchas calles sin salida, les falta salida a las vías principales, que son Camino Internacional, el Camino Trocal, y eso dificulta la movilidad y uno entendería que por eso se producen cuellos de botella como el que se produjo en la calle Gabriela Mistral, donde murió tanta gente".

Finalmente el investigador mencionó que durante la última etapa del estudio entrevistaron a diversas personas. "Muchos nos contaron el relato de la emergencia, y corroboramos cosas que también habían aparecido en los medios, como por ejemplo, que la alerta SAE no llegó oportunamente. Las primeras alerta SAE, dicen los vecinos, empezaron a llegar alrededor de las 6.30 de la tarde en adelante, entonces efectivamente, la evacuación fue muy caótica porque no había nada de información respecto a lo que estaba ocurriendo", concluyó.
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