POINT PLEASANT BEACH.- Cinco grupos de pesca en Estados Unidos le pidieron a un tribunal federal que impida que científicos sigan realizando pruebas en el fondo oceánico con ondas sonoras, argumentando que los estudios están perturbando la vida marina frente a la costa de Nueva Jersey al exponerla a un ruido comparable al del lanzamiento de un transbordador espacial o una bomba atómica.
La demanda busca suspender el programa de la Universidad Rutgers, la Universidad de Texas y la Fundación Nacional para la Ciencia.
El proyecto usa ondas sonoras para estudiar el sedimento oceánico de hasta 60 millones de años para ver cómo el alza del nivel del mar ha cambiado las costas.
"Esto muestra la arrogancia de los científicos", dijo Tom Foote, funcionario de la Jersey Coast Anglers Association, uno de los grupos que presentaron la demanda. "No hay necesidad de hacerlo en esta etapa del año, pero como es conveniente para ellos, lo están haciendo cuando los peces están aquí".
Los científicos dicen que toman extensivas medidas para no perturbar la vida marina, y agregan que los beneficios del estudio pudieran ayudar a los pueblos costeros a planear mejor y protegerse contra tormentas. Las conclusiones pueden ser usadas para tomar decisiones sobre dónde elevar casas, construir barreras de protección, reubicar infraestructura crítica o retirarse de ciertos puntos.
"Estamos compilando datos en plena conformidad con las leyes que protegen la vida marina", dijo Gregory Mountain, líder del estudio. "Cuando sean analizados, nuestros resultados proveerán bases objetivas para entender y prepararse para el impacto de la elevación del nivel del mar en las costas".
No dijo cuánto falta para completar el estudio, que comenzó el 1 de junio.
Ambientalistas dicen que esos estudios tienen un historial de perjudicar la vida marina, que puede desorientarse o estresarse a causa del ruido.
La demanda, independiente de una presentada por el Departamento de Protección Ambiental del estado, dijo que los instrumentos utilizados en el proyecto generan explosiones de más de 200 decibeles, más que un lanzamiento de transbordador espacial y apenas menos que una bomba atómica a 75 metros del sitio de la explosión.