El Sojourner recién descendido desde la plataforma del Lander. A la derecha se ve uno de los airbags ya desinflado.
NASA
SANTIAGO.- El 4 de julio de 1997 la misión Pathfinder le mostró a la humanidad que la exploración de Marte no solo no era ciencia ficción, sino más bien una historia de aventuras.
Ese día, la nave que había despegado desde la Tierra el 4 de diciembre del año anterior en la punta de un cohete Delta II, finalmente amartizó en un tranquilo pedregal llamado Ares Vallis, a 19 kilómetros de donde se suponía que debía haber arribado.
Esta era la primera misión a Marte desde el resonante éxito de las naves Viking dos décadas antes y el primer vehículo de exploración enviado por la NASA a ese planeta.
La nave, llamada Lander, tocó la superficie marciana usando el método de inflar un racimo de airbags, de manera que la llegada se pareciera más a una caída controlada que a un choque. Con la ayuda del paracaídas, de los cohetes de frenada y de la menor gravedad del planeta, la operación resultó todo un éxito.
El Lander portaba en sus entrañas el primer vehículo robótico en rodar por la superficie marciana. Llamado Sojourner en honor a un activista de los derechos civiles durante la Guerra Civil estadounidense, Sojourner Truth, pesaba 10,4 kilos (4 kilos en Marte) y estaba equipado, al igual que la nave madre, con abundantes instrumentos científicos.
Aunque no estaba concebido para alejarse más de 500 metros del Lander, fue fundamental en el éxito de esta misión. De acuerdo a la NASA, el talento combinado de ambos aparatos aportó 2.300 millones de bits de valiosa información, que incluyeron 16.500 imágenes tomadas por el Lander y otras 550 por el Sojourner.
Se hicieron 15 análisis de rocas y del suelo, mientras que enviaron enormes cantidades de información acerca de los vientos y otras condiciones climáticas marcianas. La más importante de las conclusiones obtenidas fue que Marte había tenido un pasado más cálido y también más húmedo.
La fascinante colección de imágenes que enviaron incluyeron una puesta de Sol, nubes tenues y fotos que demostraron los efectos de la erosión del viento en las rocas marcianas.
La última transmisión recibida de la misión Pathfinder tuvo lugar el 27 de septiembre de 1997. Los científicos trataron de restablecer el contacto hasta noviembre, pero al no conseguirlo dieron la misión por terminada.
Ambos dispositivos tuvieron una vida útil más extensa de lo previsto: el Lander vivió tres veces más y el Sojourner, 12 veces, abriendo el apetito de la NASA y de otros organismos de exploración espacial del mundo para fijar a Marte como un objetivo de futuras misiones científicas.
Posteriormente, el sitio de amartizaje de la misión Pathfinder fue rebautizado como Carl Sagan Memorial Station, en recuerdo del famoso astrónomo y divulgador científico que falleciera dos semanas antes del despegue la de la misión.