Hace mucho tiempo que quiero aclaran algunas cosas, y gracias a este medio tengo la oportunidad de hacerlo.
Lo más probable que no me haga muy popular con esto entre mis colegas, pero debo decir que cada día me siento más molesto con la exposición que tenemos como chefs.
Tengo muy claro cuáles son los beneficios de este tema pero es mi deber decir que mis héroes son aquellos que se sacrifican cada día para que nosotros, los chefs, saquemos todo los aplausos.
Siempre trato de poner a ellos -mis cocineros, garzones y bodegueros- en la luz del éxito.
Son ellos los que luchan, pelean y son ellos los que hacen los verdaderos sacrificios. No es fácil para ninguna persona con un poco de ego y, ciertamente, nosotros los cocineros, tenemos mucho ego. No es fácil sacrificar tu éxito por el éxito del chef, sea quien sea. Siempre se habla del chef y casi nunca del equipo que está detrás.
Cuento con un grupo de gente memorable, de una calidad humana que desde el primer día que trabajo en Chile he experimentado. Nunca olvidaré la sonrisa de Gabriel cuando le di un chocolate de Bélgica; nunca me olvidaré del cariño de la gente que me lavaba las chaquetas, y jamás me pondré por sobre mi equipo actual: ellos realmente me siguen en todo, aguantan mis locuras, mis enojos y frustraciones. Porque para ser exitoso y para entregar un calidad hay que pasar por muchos momentos difíciles y complicados y ellos están ahí.
No sólo hablo por los cocineros, también los garzones, los stewards (los que lavan la loza y hacen el aseo), los bármanes, cajeros, gente de contabilidad y hasta la persona que cuida los autos. Este trabajo depende de miles de detalles que una persona sola no puede hacer. Son ellos que luchan codo a codo conmigo, y estoy orgulloso de poder contar con un grupo de gente así.
Ellos son los que deben aguantar la presión de la cocina, el calor y tensión de un servicio, una pelea constante en cada momento del día. Son personas capaces de hacer muchas cosas, y casi nunca nadie se da cuenta de ellos.
Espero que con esto, tanto ustedes tanto ellos se sientan más valorados, porque se lo merecen.
Muchas gracias
Mathieu Michel
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