Definitivamente son una revolución para esos días en que las mujeres nos acordamos porque somos mujeres.
Se trata de unas pequeñas copas menstruales de silicona hipoalergénicas de color rosa, lila o transparente que reemplazan al tampón o a la toalla higiénica en la recepción de la menstruación.
Su introducción en el mercado ha sido lento. De hecho muchas chilenas las están usando desde hace tres años porque las conocieron en algún viaje al extranjero.
Es el caso de Paula Valenzuela, quien a través de su hermana, en un viaje a la India, las vio por primera vez y al regresar se puso a investigar en internet hasta dar con ellas. Quedó tan fascinada que desde entonces las importa desde Inglaterra a través de
Moonclub.
Su uso es fácil, aunque al igual que el tampax en sus inicios, debe implicar aventura de parte de las mujeres. Las copas, que tienen esa forma, se introducen por completo -doblada para que se expanda luego- en la primera sección de la vagina, no quedando ningún elemento en el exterior, a diferencia del tampón que deja un hilito.
Entre ambos, la distancia es significativa. Según explica Paula Valenzuela la copa queda en la primera sección de la vagina, mientras que el tampón ingresa tres veces más. Por eso es imperceptible y es fácil de sacar: se toma con los dedos desde el palito y se empuja con contracciones o se toma directamente desde la base y se le extrae.
Las copas vienen en dos tallas: las de 40 mm de diámetro por 46 mm. de longitud y las de 46 mm. de diámnetro por 53 mm. de longitud.
Catalina Romero es otra miniempresaria que se aventuró a traerlas a Chile, en este caso desde República Checa con el nombre de
Ladycup.
Explica que acá todas las que las han comprado son chilenas menores de 22 años que están dispuestas a enfrentar esta nueva experiencia. Ella resalta lo ecológicas que son y declara que no existe ninguna solución menstrual mejor que ésta.
Paula Valenzuela explica que la silicona hipoalergénica es similar a la de los chupetes de las mamaderas, por lo que no acumula bacterias. Además, resultan económicas ya que son reutilizables: simplemente se las lava con agua y entre períodos se les hierve (tienen una duración de hasta 15 años).
“Se pueden usar hasta por 12 horas, todo depende del flujo de cada mujer. Con ellas se puede practicar cualquier tipo de deportes, incluso natación, siendo muy efectiva”, explica.
Las copas se pueden comprar directamente a Mooncup o Ladycup, pero también ya se encuentran en algunas tiendas orgánicas. Su precio es cercano a los 23 mil pesos.
La voz experta
El ginecólogo Pedro Escudero señala que la copa menstrual funciona como un recolector de flujo, lo que no altera el equilibrio natural de la mujer. ”El tampón absorbe no sólo flujo sino que también la humedad de la vagina, pudiendo producir sequedad o cambios de pH asociados a infecciones”, explica.
Escudero asegura que esto es “un innovador avance en materia de protección femenina”.
