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“Frente a la clínica había una docena de manifestantes. Levantaban grandes carteles con consignas contrarias al aborto, iconografía religiosa e imágenes de bebés muertos. Del otro lado de las puertas blindadas de la clínica, la naturaleza gráfica de esas imágenes me atormentaba en la sala de espera. ¿Cómo se vería mi aborto? Decidí documentarlo a escondidas, usando mi teléfono celular (con seis semanas de embarazo)”, escribió una fotógrafa estadounidense en su sitio “This is my abortion”.
Al igual que ella, un gran número de mujeres han decidido “salir del clóset”, como se le ha llamado a esta tendencia de confesar y narrar su experiencia al interrumpir un embarazo. Y para eso, han salido varios sitios web que han servido como plataforma para, como dicen, desmitificar el tema e informar a las mujeres que estén evaluando abortar.
Saca ronchas y acaloradas discusiones entre los defensores pro vida y los grupos de hombres y mujeres que aseguran que la opción de abortar es un derecho. Por esto último, en países como Inglaterra o Estados Unidos, donde la interrupción de un embarazado es legal -en el Reino Unido lo es desde hace más de cuatro décadas- algunas mujeres han decidido contar sus historias, con una característica que choca ante los más sensibles: no hay arrepentimientos y aseguran, es lo mejor que pudieron hacer en ese minuto.
“Soy mamá y amo a mis hijos más que a nada. Y es porque los amo que me hice un aborto a las 20 semanas. Era mi quinto embarazo (había tenido dos pérdidas antes), y, como sabría después, sería el último. Hubo problemas desde el comienzo. Yo no tenía ningún síntoma normal de embarazo, así que ya tenía 10 semanas cuando lo descubrí (...) Mi doctora me dijo que era de muy alto riesgo y que no estaba segura de que terminaría bien”, cuenta Mikki Kendall, en una historia que forma parte de la recopilación a través de internet que ha hecho “I had an abortion”, con testimonios publicados en The New York Times y The Guardian.
Tras sufrir un desprendimiento de la placenta, Mikki tuvo una gran hemorragia que le obligó a ir al hospital. Allí, como cuenta, temió por su vida mientras perdía sangre, y no lograban encontrar un médico que aceptara realizarle un aborto.
“Mis dos hijos que estaban en casa, casi pierden a su madre porque alguien decidió que mi vida valía menos que la de un feto que iba a morir, de todos modos”, continuó relatando.
“No necesitas saber los detalles de por qué una mujer aborta, para confiar en que está tomando la mejor decisión por ella misma. No me arrepiento de mi aborto, pero tampoco lo usaría para sugerirle a las mujeres que la única razón por la que debieran hacerlo es porque su vida está en peligro”.
¿La mejor o peor opción?
Otro sitio dedicado al tema es “45 Million Voices”. Se trata de una organización sin fines de lucro, que tiene como objetivo “eliminar el estigma, la vergüenza y el silencio en torno al aborto, mediante la educación el empoderamiento y la hermandad”.
Allí se encuentran historias firmadas o anónimas, como la de una mujer que relata que a los 19 años, mientras trabajaba como barwoman e iba a la universidad, conoció a un extranjero que se encontraba vacacionando en su ciudad.
Se trató de esos romances de verano, bastante apasionado, que terminó a las semanas, cuando el sujeto en cuestión debió volver a su país. “Dos semanas después me di cuenta que estaba embarazada”, comentó.
“No tenía seguro (isapre) ni los medios para pagar un aborto, y menos para cuidar a un niño. Sabía que quería ser madre algún día, cuando estuviera preparada, y entonces, no era el momento. Supe de inmediato que iba a tener que abortar, pese a que lloré casi una semana antes del procedimiento (...) Un amigo me dio el dinero para el aborto y mi hermana me llevó hasta la clínica, que quedaba a una hora y media de camino”.
“El procedimiento fue bastante rápido y completamente sin dolor (...) Me recuperé rápidamente y nunca más volví a llorar por el asunto. Hoy, 20 años después, estoy casada y tengo una brillante hija de 10 años. Estoy muy agradecida de haber tenido esa opción”.
Otros sitios que siguen esta tendencia son “Imnotsorry.net”, “Project Voice”, “My abortion. My life”; “Thanks, abortion!”, “1 in 3 Campaign” (donde señalan que una de tres mujeres tiene un aborto intencional en su vida), y “Your hopes and dreams”.