Su nombre es Scarlett Curtis, hija de dos famosos en Inglaterra, el cineasta Richard Curtis y la comentarista radial Emma Freud.
Claro, se podría decir que los chicos ricos no sufren, pero la condición social no discrimina cuando una dolorosa enfermedad ataca sin previo aviso.
Un grave problema en su columna vertebral la dejó por casi 3 años en silla de ruedas cuando tenía 14 años. Sufría de ataques de pánico, insomnio y depresión. Es que el tener que dejar la escuela y pasar sus días en cama y en casa, no es la vida que uno espera tener ni menos a esa edad.
Pero ella, es una chica que no se rinde tan fácilmente, al menos eso deja entrever el testimonio que publicó en el Daily Mail, como una manera de ayudar a otras personas que pasan por la misma situación.
Y salió adelante, con visitas de sus amigos en el dormitorio y cuando el dolor comenzó a pasar. Sin embargo, llegó a los 17 un poco perdida. El haber pasado tanto tiempo fuera del mundo real la hizo sentir muy triste.
“Con tanto tiempo libre, adquirí un profundo conocimiento de las comedias americanas y tejí un montón de bufandas, pero también estaba con mucha ansiedad y depresión”, comentó.
Estos años con depresión la hicieron buscar por su propia cuenta el sentido del hacer, porque las cosas que le decían que “debía” hacer para estar feliz no le resultaban, es más, terminaba llorando. Pero, lo encontró y en la cocina.
“Mi madre tira las cosas en una cacerola e improvisa mientras trabaja. Pero a mí, me encanta tomar todo el tiempo para mis dulces. Finjo que soy un científico y me imagino que si no pongo la cantidad exacta de bicarbonato, todo el pastel va a explotar”, contó entusiasmada sobre la pasión culinaria que la está mejorando.
Difíciles momentosScarlett Curtis relató que, a pesar de la adversidad, guarda la esperanza que algún día despertará y que todo estará en calma, que se sentirá finalmente en paz.
Por desgracia, eso aún no sucede, pero ella sigue insistiendo. Su búsqueda de qué hacer, la compartió en el blog la “
Adolescente Granny”, donde contaba sobre su amor por el tejido, el punto cruz y algunas recetas para hornear, pero muy poco sobre lo que realmente le pasaba en su interior.
Luego, sintió que algo faltaba y recién este año, creó un nuevo blog, ahora con su nombre completo, scarlettcurtis.com, donde se relajó, abrió y lo tomó como un espacio para compartir lo que significa para ella estar en soledad y enferma.
“Cuento sobre mis ansiedades, la depresión y el no querer dejar la casa, cosas que son muy importantes en la vidas de tantas personas y que la gente se siente avergonzado al hablarlo, pero también sobre los pasteles, el maquillaje y el bicarbonato”, afirmó Scarlett Curtis, que ahora tiene 18 años.
Y en ese sentido, sus textos dejan en claro que cualquier recuperación es lenta, súper lenta. “Más lenta que un episodio de Mad Men. Y siempre va a tener tus bajones. La única cosa que puedes hacer es tratar de encontrar, la mayor cantidad de cosas pequeñas como sea posible, hacer durante todo el día y que te hagan un poco más feliz de lo que eras hace media hora”, alentó.
Es que según su experiencia, la naturaleza de la depresión es que te miente, y te dice que no vas a mejorar cuando vas a mitad de camino, que eres fea, cuando en realidad no lo eres o que veas Two And A Half Men a pesar de que la odias.
“Cuando mis pensamientos se ponen así, intento tratar mi enfermedad al igual que el mundo trata a celebridades como Kim Kardashian. Apreciar y reconocer su existencia, pero no darle mucho crédito a lo que están diciendo en realidad”, aconsejó.
La terapia de pasteles En síntesis, su novedosa y sabrosa terapia no se trata sólo de comer pasteles sino de cocinarlos en cualquier momento del día o de la noche.
“Cada vez que siento que mis pensamientos son demasiado fuertes y todo el mundo está girando fuera de control, la sencillez de unos pocos ingredientes, la receta paso a paso y un delicioso resultado final es lo único que realmente me puede calmar”, describió Scarlett Curtis como la esencia de su “Terapia de Pasteles”.
De esa forma, la joven aprendió que su enfermedad tiene que darle la pelea y qué mejor que cocinando, donde si se sigue la receta tendrá su final feliz.
“He aprendido que el pan de plátano es lo mejor que puedes hacer si te sientes muy enojada, porque tienes que castigar a un montón de bananas. He aprendido también, que pesar los ingredientes es el paso más importante, y que tratar de hacer cake pop, tortas que se asemejan a paletas, podría hacerte llorar, porque son tan endiabladamente difícil hacer”, declaró.
También dijo que leer blogs de recetas la anima, y que sigue practicando diferentes recetas de un mismo postre y que el secreto, es no usar la batidora eléctrica porque además, el ruido le provoca ataques de pánico. Pero también, que cada vez que sale de la cama y hace un pastel, le está ganando la pelea a la enfermedad.
“Espero que algún día, todas estas pequeñas cosas se sumarán y la enfermedad se irá del todo. Pero hasta entonces, al menos tendrás un plato de brownies, y eso es siempre una buena cosa”, concluyó.