Nos enfrentamos al segundo Manual de Estilo del dibujante Francisco Javier Olea dispuestos a mirarnos al espejo y reconocer en nosotros actitudes arribistas o siúticas que nos alejan de ese camino.
Con una pluma singular y mucho humor, en esta entrega Olea nos da “lecciones de glamour” (hay que recordar que en el primero la idea era “cómo sobrevivir con clases” y que
su blog es hilarante).
Como si fuera en viaje a esos momentos placenteros de la vida, los capítulos se suceden uno a otro revisando cómo comer con clases, tener dignas vacaciones, salir del paso en situaciones apremiantes, celebrar con moderación, romper el hielo cuando el silencio nos ahoga, o tener buenos modales.
Por eso, no nada mejor que seguir estos consejos para no quedaren ridículo, no ser objeto de burlas ni comidillo y mostrar que los esfuerzos de nuestros padres por educarlos rindieron fruto.
Aquí algunas recomendaciones que vale la pena seguir (con humor):
Sushi: no cometa la ignominia de mascar un sushi. La pieza se echa entera a la boca y la bola en su mejilla, en este caso, es una franquicia oriental.
Sandwich: la mayonesa en la punta de la nariz no se limpia con la lengua.
Carne: si se las da de cosmopolita y pide la carne a la ‘inglesa’ no haga el loco alegando que le llegó cruda.
Tomar té: evite llevar el hervidor eléctrico de agua a la mesa. Pierde toda categoría.
Nieve: la cuña es una postura algo indigna. Es como andar en pijama por el centro.
Hoteles: ocupe los términos correctos. Las piezas, por más estrechas que sean, no se llaman piezas, se llaman habitaciones.
Chiste inadecuado: si ya metió la pata y los contertulios le hacen muecas con los ojos, no trate de arreglarlas, es peor. Asuma y trate de confundir y salir de ahí.
Matrimonio: no comprometa a los novios regalando, por ejemplo, una obra de dudoso gusto hecha por un sobrino estudiante de arte.
Alma de la fiesta: tenga criterio con concentrar las miradas demostrando alguna habilidad como bailar breakdance o equilibrar el vaso en al frente. La línea entre el ridículo y la gloria es difusa.
Cine: si lloró con el final, no disimule haciéndose el interesado en los créditos de cierre. Usted es sensible y eso tiene mucho estilo.
¡Whisky!: a pesar de los requerimientos del fotógrafo no repita esas tonteras ‘muestra dientes’ como whisky, cheese o tallarín.
Fumar: encendedores tipo Zippo o enrollar sus propios cigarros desde su bolsita de tabaco son detalles tan snob que tienen que venir acompañados de una actitud general, si no juegan en contra.