¿Por qué te divorciaste?, esa fue la pregunta que en la red social
Reddit se le hizo a los usuarios estadounidenses que, en el anonimato, parecen haber respondido con razones algo más sinceras que el clásico y políticamente correcto, “la cosa no daba para más y fue lo mejor para ambos”.
“Bueno, creo que el entrar a mi departamento y pillarla montada en otro hombre fue un factor decisivo”, comentó uno de los usuarios. Mientras que una mujer, explicó: “Me di cuenta que no confiaba en él para cuidar a los hijos que algún día tendríamos”.
Otros motivos culpan el haberse casado muy jóvenes sin estar realmente conscientes de la responsabilidad de vivir juntos y trabajar en un matrimonio, o la desilusión al ver que la pareja nunca maduró. E incluso, hay testimonios como el de un usuario de nombre “taneth”: “Descubrimos que yo no podría tener hijos sin tener que gastar en tratamientos médicos carísimos. Ella no pudo con eso". Por su parte, athermalwill, escribió: "(Me divorcie) porque me desperté y me di cuenta que la vida es corta, demasiado corta para escuchar a un flujo constante de quejas".
En Chile, los motivos no están muy alejados de los estadounidenses. Según
Alejandra Godoy, terapeuta de pareja, la infidelidad ocupa el número uno del ranking de razones de separación, en un 70% de las parejas rotas. “El mayor cambio en esta materia en los últimos años es que la infidelidad femenina ha aumentado dramáticamente hasta haber alcanzado e incluso, algunas veces, superado a la infidelidad masculina, lo que deja muchas preguntas a contestar”, reflexiona la psicóloga, mencionando en un segundo lugar, la violencia hacia la pareja o los hijos, y las adicciones, siendo las más comunes la ludopatía y las drogas.
Por último, los problemas económicos aparecen en un tercer lugar de motivos de quiebre, con un 10% de las separaciones en Chile, y sea cual sea el motivo, las mujeres llevan la delantera cuando se trata de tomar la iniciativa para romper con la pareja. “Al menos en nuestra experiencia clínica, aproximadamente en el 70% de los casos que nos llegan a la consulta, son ellas quienes quieren terminar la relación”, señaló Godoy.
Por su parte, la psicóloga y mediadora familiar, Lilian Zúñiga coincide con esta visión: “Cuando las relaciones son dañinas, tóxicas, violentas, las mujeres toman la decisión de separarse. A los hombres les cuesta tomar la decisión de abandonar el hogar”, aseguró.
Según Zúñiga, quien también imparte clases en la Universidad Andrés Bello, parece que las parejas chilenas se cuestionan mucho más que antes su felicidad conyugal. “Nos preocupa la calidad de la relación, el cómo uno se siente, más que seguir con una relación plana, sin sentido y que perdure, más encima, en el tiempo”, explicó, agregando que falta hoy en día la iniciativa de querer tranzar o buscar ayuda profesional antes del quiebre definitivo.
Esa búsqueda del sentido sentimental, que muchas veces puede terminar en una infidelidad, tiene sus diferencias según el sexo que lo vive. “Las mujeres buscan sentirse admiradas, deseadas, que le digan que se ven bellas, sentirse nuevamente atractivas para el sexo opuesto. Por su parte, los hombres buscan nuevas emociones, sexo, sentirse que son machos que se la pueden aún, y más si la mujer es 20 años menor”, señaló la psicóloga.
Sin embargo, sea cual sea el motivo por el que un matrimonio o pareja de hecho se separe, Zúñiga recuerda que es el rol de esposo o esposa el que se termina, y no así el de padre o madre, que dura para toda la vida. “(Los hijos) no pueden estar en una constante montaña rusa de emociones por culpa de los adultos”, señala.
Lo más sano: que familiares ni amigos opinen“No todos asumen de igual manera la separación. Unos se culpan a sí mismos o culpan al otro u otros del quiebre o, simplemente, evaden la responsabilidad de su participación”, reflexionó la psicóloga. Pero, pese a las distintas razones que puedan ser motivo de separación, existen formas comunes de enfrentar un quiebre y que pueden ser sanas para todos.
Según explicó Zúñiga, una es vivir a fondo el duelo, “llorar todo lo que queremos y no buscar culpables, sino que asumir que las relaciones son de a dos y aprender de los errores cometidos”.
Dado que cada experiencia de quiebre es personal y única, la profesional recomienda no permitir que ni amigos ni familia opinen de quién tuvo la culpa, ni que aconsejen “vivir la vida loca” para no deprimirse. “Solo las parejas saben lo que realmente ocurrió en su intimidad”, señaló.