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Partos por cesárea ahora son un símbolo de estatus en la sociedad brasileña

En algunas clínicas ofrecen suites de lujo decoradas a gusto de las madres y con comida para los invitados, quienes incluso pueden ver el nacimiento a través de una pantalla grande. Las mujeres también pueden hacerse tratamientos de belleza tras dar a luz.

07 de Octubre de 2015 | 11:51 | AP
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RÍO DE JANEIRO.- Thais Faria se sumerge en un sofá de cuero y disfruta de un masaje primero, después de una manicura y finamente se hace peinar. Menos de 24 horas después de dar a luz con cesárea, Faria se hacía consentir en una maternidad cara de Río de Janeiro.

Los partos con cesárea generalmente no están asociados con la gran vida. Pero son hoy la norma entre la alta sociedad de Brasil y numerosas maternidades ofrecen tratamientos de belleza después de la operación en una cultura que considera los partos un evento social, mezcla de spa, fiesta y reunión familiar. En clínicas privadas de todo el país, más del 80% de los partos son con cesárea.

Las autoridades quieren revertir lo que funcionarios del Ministerio de Salud describen como una "epidemia" de cesáreas. Brasil es el país con más partos de ese tipo en el mundo, con excepción de China, que tiene más de ocho veces su población. Han sancionado nuevas normas destinadas a desalentar esas intervenciones si no hay razones médicas para ellas, diciendo que las cesáreas aumentan significativamente los riesgos de problemas respiratorios en los bebés y ponen en peligro la vida de las madres.

Los partos con cesárea no son más costosos que los partos naturales, pero muchos médicos prefieren realizar la intervención, que a la larga es más lucrativa y conveniente, ya que les permite programarla durante horas laborales.

La gran mayoría de las mujeres embarazadas, por otro lado, prefiere la cesárea, que ha pasado a ser un símbolo de estatus. Incluso en los hospitales públicos que atienden a las personas de bajos recursos y donde no se paga, el 40% de los partos son con cesárea, comparado con el 33% en Estados Unidos, el 20% en Francia y el 17% en Suecia.

"Ese primer encuentro tan especial entre la madre y el hijo se ha convertido en una fiesta. Y toda fiesta tiene un sitio y una hora específicas. Las cesáreas también", expresó Marcos Dias, un obstetra de Río que promueve los partos naturales.

En la clínica privada Perinatal, donde Faria dio a luz su primer hijo, las mujeres reservan turno para la cesárea meses antes del parto. Los viernes son el día más popular, porque facilita las visitas de amigos y familiares durante el fin de semana.

El servicio básico de Perinatal incluye masajes shiatsu, manicuras, pedicuras y tratamientos de belleza orientados a aumentar la autoestima de la madre y ponerla bonita para las fotos, según la clínica. Con sus maleteros que acarrean valijas en carritos y un café que sirve copas de champán, la clínica parece más bien un hotel boutique que un hospital.

En clínicas como Perinatal, las mujeres generalmente tienen seguros médicos que cubren los 4.200 dólares que cuestan los partos con cesárea, incluida una estadía de tres días en un cuarto privado. Pero los costos pueden subir considerablemente. Las mujeres de medios pueden elegir entre una variedad de servicios adicionales, incluidas decoraciones especiales para su habitación que cuestan un promedio de 400 dólares, fotógrafos y camarógrafos que graban en imágenes la gran ocasión y buffets para la habitación a un costo de entre 200 y 400 dólares. Por otros 270 dólares se puede alquilar una sala para 14 personas con una pantalla grande en la que se puede ver el parto comiendo bocaditos.

Los seguros médicos no cubren las siete suites especiales que tiene Perinatal, que cuestan 500 dólares adicionales por una estadía típica de tres noches.

Faria, quien daba a luz por primera vez, reservó una suite de lujo con dos salas, que hizo decorar a su gusto, con ositos rosados que sostenían globos con el nombre de la hija por llegar, Rafaella. También había una torta de varios pisos con ositos bañados en azúcar rosada y bebidas espumosas en botellas con el nombre de Rafaella estampado en sus etiquetas.

"El nacimiento de tu hijo es algo tan especial que quieres que todo sea perfecto", manifestó Faria, una dentista de 29 años cuyo largo cabello rizado y su rostro maquillado con un look natural hacían que nadie se imaginase que el día anterior había tenido una cesárea.

Analusa Feitosa, la directora de enfermeras de Perinatal, afirma que estas mujeres se reponen muy bien después de dar a luz.

"Su autoestima es afectada, están gorditas, hinchadas y sienten que han sido transformadas por el embarazo", comentó Feitosa. "Encuentre una mujer que no quiera despertarse con alguien que la atienda y la embellezca".

Lumena Furtado, directora de la secretaría de atención de la salud del Ministerio de Salud, dice que las nuevas normas que buscan desalentar las cesáreas innecesarias buscan inyectarle una dosis de realidad a todo este asunto. Las madres que optan por someterse a una cesárea deben firmar un documento en el que dicen que están conscientes de los riesgos que conlleva la intervención para ella y para sus hijos. Las aseguradoras deben suministrar información sobre los obstetras y las clínicas a pedido de los clientes.

"Nuestra tasa de cesáreas en Brasil es inaceptable", sostuvo Furtado. "Tenemos que cambiar esta cultura".

Las autoridades, no obstante, admiten que no será fácil cambiar lo que ha pasado a ser un evento social entre las clases pudientes.

Adriana Romualdo, cuya compañía Julubeca decora suites de lujo y ofrece otros servicios a las mujeres a punto de dar a luz, dice que sus clientes quedan muy contentas con la experiencia.

"Me dicen, 'si el nacimiento fue así, imagínate el bautismo, la fiesta de los 15 años y la boda"', cuenta Romualdo. "Habrá que hacerla en una catedral".
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