Joop Will muestra una foto de su padre y una copia de la carta que llegó con varias décadas de atraso.
AP
BERLIN.- Joop Will tenía apenas diez años cuando su padre, Peter, fue capturado por los nazis por colaborar con la resistencia a la invasión alemana de Holanda.
Will no volvió a ver a su padre tras su arresto en diciembre de 1943, pero gracias a una serie de coincidencias fortuitas y a un nuevo archivo del Holocausto, a los 82 años finalmente recibió la última carta de su padre, dirigida a su esposa y sus seis hijos y escrita cuando se preparaba para ser enviado a un campo de concentración en Alemania.
"Ya van 42 domingos que estoy alejado de ustedes", les escribió el padre, quien contaba los días en que no había podido ir a la iglesia con su familia.
"Es algo muy emotivo, pensaba en nosotros, se preocupaba por nosotros, y ahora tenemos esta carta que él tuvo en sus manos", expresó Will con voz entrecortada, en una entrevista telefónica desde su casa cerca de Amsterdam.
"Saber que pensaba en nosotros es algo muy emocionante", insistió.
La carta, escrita a mano, con un lápiz, en ambos lados de un pequeño pedazo de papel, la llevaba Peter Will doblada en su billetera, junto con algunas fotos de la familia, y fue recuperada por el ejército británico cuando liberó el campo de concentración de Neuengamme, en el norte de Alemania, en 1945.
Fue entregada en 1963 al Servicio de Rastreo Internacional (International Tracing Service) en la ciudad alemana de Bad Arolsen. El Servicio había sido creado por los aliados occidentales en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial. Inicialmente fue administrado por la Cruz Roja y tenía por misión averiguar la suerte corrida por las víctimas del Holocausto y de otras personas. En el 2007 se permitió el acceso de académicos e investigadores y comenzó la transformación del archivo, que pasó a ser una herramienta de investigación.
La familia de Will contactó al Servicio para ver si sabía algo de Peter, quien falleció en abril de 1945, cuando los nazis lo trasladaban en tren a otro campo, pero sus pertenencias habían sido guardadas accidentalmente bajo el nombre de su esposa, posiblemente sacado de una carta que ella le escribió y que estaba también en la billetera, y se les dijo que no había nada en el archivo.
Sin embargo, en octubre el Servicio comenzó a poner el archivo en la internet y las cartas de Peter Will figuraban entre la primera tanda de 50.000 imágenes, parte de los 30 millones de documentos e imágenes en poder de la institución.
Una mujer holandesa que no conocía a Will se interesó en esa iniciativa e intentó rastrear el paradero de sus familiares se encontró con imágenes de las pertenencias de Will y decidió ponerse en campaña para localizar a su familia. Localizó finalmente a Joop y sus dos hermanos con vida, quienes quedaron estupefactos por su descubrimiento.
"Tenía solo diez años cuando mi padre fue arrestado, pero a pesar del tiempo que ha pasado, uno no se olvida", expresó. "Siempre pienso en él".
Peter Will, quien era un inspector de carnes de Nijmegen, se unió a la resistencia cuando los nazis invadieron su país en 1940. Distribuyó un periódico clandestino y escondió en un matadero a pilotos aliados cuyos aviones habían sido derribados, ayudándolos a escapar.
Luego de su arresto en 1943 fue entregado a la SS nazi y trasladado a un campo de tránsito en Amersfoort, Holanda, en mayo de 1944.
Pudo comunicarse con su familia desde ese campo, pero el 17 de septiembre de 1944, tras enterarse de que iba a ser enviado a un campo de concentración en Alemania, escribió la que debió ser su última carta, que nunca fue enviada.
Ese mismo día comenzaron a llegar paracaidistas de las fuerzas aliadas y a los pocos días se inició la liberación de Holanda.
El ataque aliado demoró el traslado de Peter Will, pero finalmente fue transportado a Neuengamme, en Alemania, y obligado a hacer trabajos forzados. Ante el avance de los aliados, en abril de 1945 lo subieron a un tren para enviarlo a otro campo. Murió en el trayecto y fue enterrado en una fosa común cerca de Brillit, un pueblo entre Bremen y Hamburgo, en el norte de Alemania.
La familia decidió no difundir la carta y preservarla como un recuerdo personal. Pero Will dio a entender que tenía un contenido emocional muy fuerte.
"Escribió 'ya van 42 domingos que estoy alejado de ustedes", relató Will. "No habla de días o semanas, solo de los domingos. Era un hombre con una profunda fe y en la carta habla sobre sus creencias".
Will y uno de sus hermanos viajaron recientemente a Bad Arolsen para recoger las pertenencias de su padre. Ahora que tienen la carta en su poder, deben decidir cuál es la mejor forma de preservarla.
"Queremos ponerla en el mejor sitio para que la vean sus nietos", dijo Will.