SANTIAGO.- El tomate tiene muchísimas propiedades. Es rico en vitaminas, en especial la A y la C; también en minerales como calcio, fósforo, magnesio y potasio; contiene fibra y es bajo en sodio, entre otras.
Sin embargo, científicos alemanes hallaron una nueva razón para incluir esta fruta -sí, lo es, porque contiene las semillas de la planta- en la dieta diaria y, en especial, en la que se sigue durante el verano. Claro, porque el tomate es rico en un antioxidante llamado licopeno, que ayuda a proteger el cuerpo de los dañinos rayos ultravioleta.
De esta manera, comerlos en abundancia mantendría alejadas a las arrugas e incluso al cáncer de piel. Eso sí, siempre como complemento de un buen protector solar
"Hay evidencia creciente de que una intervención en la dieta puede proteger la piel humana contra los perjudiciales efectos causados por la radiación solar ultravioleta", afirmó Jean Krutmann, profesor del Instituto de Investigación de Medicina Ambiental Leibniz en Dusseldorf.
Pero eso no es todo, ya que los investigadores también descubrieron que los altos niveles de luteína -pigmento que les da el color- que tienen los tomates, también ayuda a proteger la piel del daño solar. La luteína también está presente en forma abundante en espinacas y kale.
Para llegar a estas conclusiones, los científicos realizaron un estudio en el que compararon la piel de 65 personas, a quienes dividieron en dos grupos: unos tomaron un suplemento llamado CNT (complejo nutrititvo del tomate) o un placebo, y el otro luteína o un tratamiento ficticio.
Al principio y al final de cada fase de tratamiento de 12 semanas, la piel de los participantes fue expuesta a dos tipos de luz ultravioleta, UVA1 y UVA/B en un proceso conocido como irradiación, y 24 horas después se les tomaron biopsias.
Los exámenes demostraron que quienes no recibieron licopeno o luteína, aumentaron la expresión de ciertos "genes indicadores" relacionados con las arrugas y la inflamación en la piel, dos efectos secundarios comunes del daño solar.
Pese a los positivos resultados,
los científicos no recomendaron reemplazar el protector solar por el consumo de tomates, pero sí aconsejaron incluir la fruta en la dieta e incluso utilizar suplementos nutricionales ricos en licopeno y luteína para proteger a la piel del daño solar.