SANTIAGO.- "Lo hice porque
estaba desesperada. Yo no tenía recursos. Tuve que hacer esto para
poder curar a mi hijito pero todo salió mal". Así explica Claudia S.E. qué la llevó a
traficar cocaína desde Bolivia hacia Argentina, delito que hoy la tiene detenida en el penal de Güemes, en Salta.
Su historia es desgarradora y fue recogida por el medio trasandino Infobae, que pudo conversar telefónicamente con la mujer.
Todo comenzó en septiembre de 2017, cuando su hijo
Fernando (13) fue diagnosticado con un osteosarcoma de fémur derecho, que crecía rápidamente. Los especialistas le dijeron a Claudia que debían
iniciar de inmediato la quimioterapia, para que el adolescente no perdiera su pierna.
¿El problema? El costo del tratamiento.
"Necesitaba 1.000 pesos bolivianos (unos 99 mil pesos chilenos al cambio de hoy) para la internación y los medicamentos", recordó Claudia, quien entonces
trabajaba como empleada de limpieza, y debía
cuidar de Fernando y sus dos hermanos. Además,
venía una cuarta hija en camino.
Así, la mujer de 33 años
consideró que la única forma que tenía de conseguir recursos de forma rápida,
era convertirse en una mula, es decir, pasar droga hacia Argentina a través de la frontera.
"Fui a la rotonda de mi ciudad, donde se sabe que dan dinero a cambio de pasar valijas a Argentina, pero yo no sabía qué había adentro", señaló la mujer.
Llevaría dos maletas, con poco más de un kilo de cocaína escondida en un doble fondo. Por el "trabajo",
le pagarían 500 dólares (unos 342 mil pesos chilenos al cambio actual).
Un delito para resolver un mal mayor
Sin embargo, tal como explicó Claudia,
todo salió mal, y el 27 de octubre de 2017 fue descubierta y trasladada a la prisión. Pero eso no fue todo: debido a la detención de su madre,
Fernando se deprimió y abandonó su tratamiento durante tres meses.
Cuando lo retomó en marzo pasado,
ya era muy tarde y debieron amputarle la pierna.
Asimismo, los médicos le informaron a su abuela
la peor de las noticias: la enfermedad del adolescente es terminal, ya que tiene metástasis pulmonares múltiples y gigantes. Es por eso que ahora
su madre suplica que la dejen en libertad para poder ver a su hijo antes de que muera.
"
No tiene posibilidades de curación y ha pasado a cuidados paliativos.
Su estado es crítico y su tiempo de vida, muy corto, de días probablemente", declaró María Estela Coleoni, del Instituto Oriente Boliviano.
Pero, en el mejor de los casos, Claudia -quien está acusada de transporte de sustancias ilícitas-
podría ser liberada el próximo año. Por esta razón, su defensa ha pedido a la Justicia apurar su caso, asegurando que
la mujer cometió un delito con el fin de resolver un mal mayor que el de transportar droga: la vida de su hijo.
Sin embargo,
el juez federal Esteban Hansen, quien procesó y dictó la prisión preventiva de Claudia, no opina lo mismo y
asegura que la mujer expone la enfermedad de Fernando para evadir su responsabilidad en el delito.
"Por favor
dejen que esté con mi hijito, él me necesita a mí. La doctora me dijo que no se puede hacer nada.
Me gustaría estar con él. Quiero que me digan si sí o si no,
si es no, voy a hacer mi duelo", finalizó la mujer, quien
durante su privación de libertad tuvo a la hija que esperaba y a quien llamó Sheila Jazmín.
La niña no conoce -y quizá nunca lo haga- a su hermano Fernando.
Fernando perdió tres meses de tratamiento luego de que su madre fuera detenida. Cuando lo retomó, ya era muy tarde. Crédito: Infobae / Captura.