Hace unas semanas, la
marcha de decenas de niños mexicanos dio la vuelta al mundo. Eran
niños de entre 6 y 15 años que decidieron salir a las calles para
protestar por el asesinato de diez personas de su región Chilapa a manos de grupos terroristas. Portando unos pañuelos gastados se cubrían el rostro, mientras
sus manos empuñaban fusiles oxidados con los que pretenden defender su territorio del avance indiscriminado de los narcotraficantes y de la inacción del Estado.
En esta marcha también participaron dos mil personas que iban vestidos con el uniforme del grupo de autodefensa que se formó hace más de dos décadas, también marcharon los integrantes de CRAC (Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias y Pueblos Fundadores), que se formó para protegerse del narcotráfico y de organizaciones criminales. Según declaró uno de los miembros de la CRAC, los menores fueron capacitados para el uso de armas en una entidad.
Perú y Colombia, y la tradición de los niños soldados
Colombia cuenta con el triste récord de los niños en guerra. En los 61 años de conflicto armado, el Centro Nacional de Memoria Histórica de ese país estima que
17.778 niñas niños y niñas fueron reclutados por la guerrilla, los paramilitares y las fuerzas de seguridad gubernamentales.
Pese al acuerdo de paz firmado entre las FARC y el gobierno, se sabe que
el reclutamiento de niños sigue siendo una dura realidad. Se sabe que de los 36 mil paramilitares desmovilizados de la Autodefensas Unidas de Colombia, solo entregaron a 400 niñas, niños y adolescentes, pese a que se estimaba que cuatro mil menores eran parte de las filas de este grupo.
En Perú, hace algunos años
el descubrimiento de los pioneritos, niños de entre 6 y 7 años que pertenecían a las filas de Sendero Luminoso, estremeció al país, pues si bien se sabía del reclutamiento de estos niños, no se sabía la magnitud ni que
muchos de estos nacían ya en cautiverio por madres también secuestradas. Hoy, los remanentes de Sendero Luminoso denominado el Nuevo Ejército, continúan con la misma práctica, según explica Pedro Yaranga, especialista en seguridad integral, y una de las personas que más ha seguido el nacimiento y evolución de este grupo terrorista.
"Estos niños
inician las acciones armadas a la edad de 3 años que son separados de sus madres, luego continúan en capacitación primero llevando agua, leña, posteriormente enfrentamientos ya tácticos y finalmente ya
a los 12 años son incorporados a las guerrillas, y a los 15 ya forman parte de los grupos que atacan a la policía y al Ejército", sostuvo Yaranga.
Lamentablemente -agrega Yaranga-,
las acciones del Estado para luchar contra el reclutamiento de estos menores son muy marginales. Se sabe que hasta ahora cerca de 100 niños fueron rescatados, pero la mayoría sigue en cautiverio.
El Ejército también recluta menores de edad
Sin embargo, las Fuerzas Armadas de algunos países también incorporan a sus filas a menores de edad. Uno de los casos llamativos es el del
Reino Unido, miembro importante de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que s
uma jóvenes de 16 años a sus fuerzas nacionales, aunque el estudio no detalla cuáles son sus fines.
Francia, los Países Bajos, Alemania y Austria hacen lo propio con personas de 17 años.
EE.UU., en tanto, también incorpora a sus filas niños de 17 años, igual que China. México, por su parte, desde los 16, si es que hay una solicitud especial; caso contrario respeta la edad mínima de 18. En Sudamérica,
Chile y Bolivia suman a adolescentes de 17 bajo pedidos voluntarios. Otros de los países que aceptan el protocolo, y
reclutan chicos desde los 16 años, son Pakistán, la India y Bangladesh.
La organización
Child World Index tiene un
mapa interactivo de la situación de los niños soldados en el mundo.