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Consiguen recolectar más óvulos de hembras de rinoceronte blanco del norte: Inédito procedimiento busca salvar la especie

Una madre y su hija son los únicos ejemplares que quedan en la Tierra y no han logrado llevar un embarazo a término. Por ello, sus óvulos serán fecundados con esperma congelada de machos muertos e implantados en hembras de rinoceronte blanco del sur, con la esperanza de que ellas logren dar a luz.

18 de Agosto de 2020 | 17:37 | Reuters / Publicado por M. Francisca Prieto, Emol
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Najin es la mayor de las dos hembras de rinoceronte blanco del norte que quedan en el mundo.

Reuters
Científicos que luchan contra el reloj para salvar de la extinción al rinoceronte blanco del norte, han recolectado 10 óvulos más de las dos últimas hembras vivas, que esperan logren crear embriones viables que puedan ser incubados por otros rinocerontes que actúen como subrogados.

Ninguno de los rinocerontes blancos del norte que queda sobre la faz de la Tierra -una madre y su hija- puede llevar a término un embarazo, por lo que los científicos quieren implantar los embriones en rinocerontes blancos del sur en su lugar.

El último rinoceronte blanco del norte, llamado Sudán, murió en el área de conservación Ol Pejeta de Kenia en 2018. Esta especie vivió una vez en el este y centro de África, pero sus números declinaron por la caza furtiva.

Los rinocerontes blancos del norte -el mamífero en mayor peligro de extinción en la actualidad- tienen orejas y colas más peludas, son más pequeños y fornidos, y tienen genes diferentes a los de sus primos sureños.

Los científicos recolectaron primero óvulos de las hembras hace un año, dentro de un equipo compuesto por Ol Pejeta, el Servicio de Vida Salvaje de Kenia, el italiano Avantea Lab, el Dvur Králové Zoo de República Checa y el Instituto Leibniz para Zoos y Vida Salvaje de Alemania.

Utilizando esperma de congelada de machos muertos, el equipo produjo tres embriones puros de rinocerontes blancos del norte que están congelados ahora. No obstante, los científicos se dieron cuenta de que deben sincronizar la implantación de embriones con el ciclo reproductivo de las madres subrogadas, por lo que cuantos más tengan, mejor.

Un problema potencial es que los humanos no saben cómo detectar cuándo es el momento correcto para insertar el embrión y aquí es cuando entra en juego el señuelo romántico: un rinoceronte blanco sureño será esterilizado, transportado a Ol Pejeta y liberado junto a potenciales madres subrogadas. Su respuesta indicará cuando están en celo.

"Gracias a sus actividades podremos identificar el momento correcto para insertar el embrión", dijo el coordinador del equipo, Jan Stejskal, del Dvur Králové Zoo, a Reuters.
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