Una ballena azul en el océano Pacífico.
El Mercurio
El rey de los maoríes de Nueva Zelanda, Tuheitia Paki, instó este jueves
a otorgar a las ballenas los mismos derechos que tienen las personas, en un intento por proteger a este animal sagrado para esa etnia.
En una reunión en Islas Cook, Tuheitia firmó junto a otros líderes de los pueblos del Pacífico, un manifiesto que reconoce las
amenazas a las que se enfrentan las ballenas debido a las
prácticas pesqueras insostenibles, la contaminación y la crisis climática.
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Los cantos de nuestro antepasado, la tohora (ballena), que ha navegado por estas mismas aguas durante generaciones,
se vuelven más débiles", alertó hoy en un discurso Tuheitia, recoge el medio maorí Te Ao.
El citado manifiesto, bautizado como "He Whakaputanga Moana" (Declaración para el Océano), se basa en las tradiciones maoríes y enfatiza la interconexión de todos los seres vivos.
6de las 12 grandes especies de ballenas están clasificadas como en peligro o amenazadas por la extinción
El texto
presenta un plan para la seguridad del mamífero acuático a través de la creación de un fondo para la protección del océano Pacífico que busca establecer áreas marinas protegidas para estos animales y que subraya el papel crucial de las comunidades indígenas de la región.
Los líderes abogan por que el conocimiento indígena se combine con la ciencia, para lograr un "enfoque más holístico" para la conservación de las ballenas.
"Es una declaración para las generaciones futuras. Nuestros mokopuna (descendientes) merecen heredar un océano repleto de vida, donde los cantos de las ballenas sigan resonando en toda la vasta extensión”, subrayó el rey maorí neozelandés.
Muchas especies de ballenas están clasificadas como en peligro o amenazadas por la extinción, entre ellas seis de las 12 grandes especies de este cetáceo -incluida la ballena azul-, según la lista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Nueva Zelandia, donde los maoríes representan alrededor del 17% de la población (o más de 900.000 personas de sus 5,1 millones de habitantes), ya otorgó en 2017 derechos a ríos y montañas -como el Monte Taranaki y el río Whanganui- importantes para el pueblo maorí, mediante los cuales se ha logrado retrasar o anular proyectos de desarrollo tras consultar a grupos indígenas locales.
Mediante el tratado de Waitangi, firmado en 1840 entre los colonos británicos y cientos de jefes maoríes, y visto como el documento fundacional del país, se le concedió al pueblo maorí la autoridad sobre los "taonga" o tesoros, como las ballenas.